El tema es muy sencillo, y quizás por eso sorprenden mucho los resultados obtenidos.

Juan, mendocino, criado en Carrodilla, fue exportador de ajos, cebollas y otras producciones y conoce muy bien el aspecto comercial del negocio; y Myriam, su señora, jachallera de toda la vida, vecina del Barrio Fronteras Argentinas, es habilidosa y apasionado por la elaboración de dulces, conservas, salsas y todo aquello que se pueda fabricar de forma casera, familiar, en otras palabras, tradicional.

Así, hace 12 años, nació La Jachallerita, una mini empresa, como ellos mismos la definen, que se propone trabajar en lo que les encanta, libremente y tomarlo como una forma de vida tranquila, sabia, serena y reconfortante. No es un negocio agroindustrial, para nada, es una labor natural, simple y que les está dando muy buenos resultados.

Y fuimos a Jáchal para conocerlos personalmente.

Esta semana dialogamos con Juan Campos, quien destaca que hace el papel de un gerente comercial, y entusiasmado refleja que la mini pyme de ellos se puede definir como una pequeña fábrica de dulces y conservas ecológicos, con líneas especiales para celíacos y diabéticos, y que trabaja exclusivamente sin insumos químicos ni conservantes, y comercializa sólo a nichos que ellos eligen.

Tal es así que sus puntos de venta son sitios de Jáchal como hoteles, centros turísticos, comercios y el Automóvil Club; en Buenos Aires están en el Faena Hotel, Panamericano, Módena Design y otros sitios de hospedaje vip, de tipo internacional.Y parte, lo exportan a Italia básicamente, Brasil y otros países demandantes.

Campos dice que elaboran escasas partidas de dulces y conservas, pero tienen todos los pedidos reservados con anticipación, de manera de salir a comprar la materia prima, caso de membrillo actualmente, manzanas, duraznos, a mini agricultores de la zona, no estacionar mercadería ni fruta, sino ir elaborando de a poco, bien a conciencia y de entrega pautada.

El problema más grave es el costo del flete, asegura, que impide crecer a todos los lugareños, porque para que tengan una idea, aseguró, traer los frascos desde Buenos Aires a San Juan, me sale la mitad lo mismo que de San Juan a Jáchal. Y en nuestra provincia no existen fábricas de frascos, si de botellas y damajuanas, entonces esto es un inconveniente serio.

Myriam, Chiquita para toda la familia, muy conocida entre la población jachallera, no estaba el día de la entrevista, porque viajó a Buenos Aires, pero su marido, en relación a la parte artesanal de su empresa recalcó, acá todo lo hacemos con mucho amor, ella se preocupa por las jaleas, mermeladas, y dulces de membrillo, que es lo que más elaboramos (ver página 5) y siempre está controlando cocciones, azúcares, tiempos, etc., y eso es lo que hace que salgan bien las cosas, finalizó.