Los mercados cambian y también cambia la forma de operar. La urgencia de adecuarse a las nuevas necesidades que establecen los mercados fue una de las causas por la cuales Caterpillar, uno de los fabricantes de maquinaria pesada más grandes del mundo, compró la empresa Bucyrus, una de las mayores fabricantes de equipamientos mineros mundial. La transacción que recién concluirá a mediados de 2011 se fi rmó por el sorprendente monto de 7.600 millones de dólares, lo que supone la mayor de las compras realizadas por la empresa en su historia reciente. A esto se le suma que la reconocida empresa magnate de los camiones Caterpillar, también asumió un pasivo por 1.000 millones de dólares remanentes de Bucyrus.

Esta gran transacción empresarial revela la necesidad de la empresa norteamericana de insertarse en mayor medida en los mercados y satisfacer la creciente demanda de sus clientes que permanentemente necesitan maquinarias más específi cas para las distintas tareas industriales, como la actividad minera.

La empresa vendedora aceptó la operación por 92 dólares por cada acción, representando en total una de las ventas más grandes dentro de la historia del sector industrial. Esa cantidad, a la que se suma la deuda que Caterpillar ha aceptado asumir, supone valorar a la empresa de equipamiento minero un 32 por ciento por encima del valor bursátil que tenía al cierre del mercado el día de la concreción, cuando sus acciones acabaron la sesión en 69,62 dólares.

La reciente megaventa incide directamente sobre Latinoamérica y específi camente sobre las zonas mineras desarrolladas como Chile, Perú y Argentina. En San Juan, las minas Veladero y Gualcamayo, y los proyectos Pascua Lama, Pachón y Casposo, utilizan maquinaria proveniente de la empresa Caterpilla, que amplió enormemente su alcance al sector minero mundial, consolidándose como la mayor empresa proveedora de maquinaria para esta industria.

El acuerdo, que creará un enorme proveedor de camiones, palas hidráulicas, taladros y equipo para minería, marca un nuevo paso en las adquisiciones de Caterpillar bajo la nueva dirección ejecutiva de Doug Oberhleman. “El sector minero para nosotros es un área estratégica clave”, dijo a la cadena de televisión CNBC Oberhleman, quien reemplazó a Jim Owens durante 2010. Sin embargo, los accionistas de Caterpillar parecían reaccionar inicialmente con recelo ante esta operación, ya que poco antes de la apertura de la sesión en la Bolsa de Nueva York sus acciones caían alrededor de un 1 por ciento.

En cualquier caso, en lo que va del año los títulos de Caterpillar han subido un 42 por ciento gracias en parte a la progresiva mejora de sus resultados, una vez que sus clientes vuelven a invertir en maquinaria luego de superada la recesión económica. Por su parte, las acciones de Bucyrus se disparaban en las operaciones previas a la apertura, acumulaban un avance del 30 por ciento, mientras que las de su competidora, Joy Global, subieron más de 6 por ciento.

Industria del tiempo

El gran imperio construido por la multinacional Caterpillar no es producto del destino, proviene de décadas de trabajo e inversiones. En 1925 se fusionaron las empresas “Gas Traccion” y “Colean Manufacturings” dando origen a “Caterpillar Tractor Company”. En esta época fundacional trabajaban 1.600 personas en la fábrica y se vendían anualmente 21 millones de dólares en productos. Actualmente posee más de 68 mil empleados y dispone de 45 fábricas en Estados Unidos y 60 en el resto del mundo, produciendo cientos de miles de millones de dólares por año en venta de maquinaria industrial variada.