Y este es el caso del sector lácteo argentino analizado por la periodista agraria rafaelina, Élida Thiery. "El 2022 comenzó complicado. En el verano pasado se habían secado todos los maíces. Situación que con algunas pocas lluvias permitieron la mejora de las pasturas en algunos tambos hacia abril", destacó a Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO una de las dirigentes del Círculo Argentino de Periodistas Agrarios -CAPA-.


"La producción comenzó a crecer sobre abril y mayo, teniendo un año con mucha más leche que el 2021, un año de expansión, aunque la lechería argentina esté en los mismos números en los últimos 20 años", y afirmó: "con la sequía como factor determinante y la crisis política, la producción fue un 0,04% superior a la campaña anterior. Unos 11.500 millones de litros de leche".


ECONOMÍA

En general la inflación, la falta de combustible originada allá por marzo "afectó mucho a los tambos. Los desarreglos de falta de neumáticos e implementos, frenaron mucho las viejas y nuevas inversiones de los semestres buenos en maquinaria e instalación de robot, una tendencia que lentamente avanza para resolver problemas de recambio generacional".


Los aumentos de costos de los cereales y oleaginosas "levantaron los costos de alimentación y suplementación, generaron más problemas sumados a la falta de pasturas por la sequía en el eslabón industrial. La continuidad de los derechos de exportación del 9% para la leche en polvo y del 4,5% para los quesos, marcan su competitividad en el exterior". 


Luego, "se sumaron los frenos de los precios máximos en mercado interno a mitad de año y de precios justos hacia el final, firmado con una sola empresa, pero que obligó al resto de los jugadores a contener sus márgenes".


Correr los costos para la producción primaria y atender los de la industria, se hizo muy difícil: "No poder descargarlo en el valor de los productos finales hizo cerrar un año de números muy finos. El dólar soja 1 y 2 que modificó el valor de los balanceados y de los alquileres para los tambos que los tienen fijados a valores de la oleaginosa en dólares, aumentando todos los costes de la cadena junto al deterioro del tipo de cambio".


"Hubo cierre de tambos pero, las vacas no se van del sistema", afirmó Thiery: "Todo lo contrario, pasan a otros establecimientos produciendo mayor concentración. Hay menos espacio para los tambos familiares o pequeños. No hay política de sostén para este segmento desde el año 2.000, independientemente del color político de turno. Donde hay un tambo hay familias radicadas, escuelas, comercios. El tambo genera el arraigo que no lo logran otras actividades productivas en general".


CONSUMO EN BAJA

El consumo, "sigue en baja en Argentina. Es de 185 litros por habitante/año y cada vez más económico y chico. Los productos Premium cada vez se compran menos".


La exportación "fue buena este año, logrando colocar un 25% del volumen producido en el exterior a pesar del contexto desfavorable y el fantasma de las retenciones robando rentabilidad. No va faltar leche en el país ni ahora ni nunca, porque el mercado interno es tan importante que la industria no lo va a desatender".


Para los tamberos sanjuaninos, "lo primero es buscar modelos de clústers asociativos, de otras cuencas lecheras como el tandilense, con pooles de compra de insumos y venta de la leche para diferenciar los precios y la calidad de la leche con una apuesta al bienestar animal y ordeñe voluntario con los robots que son onerosos, pero en conjunto pueden gestionar apoyos y financiamientos oficiales".


En cuencas extra pampeanas, "los productos de especialidad y delicatessen con buen marketing y todas esas cuestiones pueden llegar a hacer crecer la lechería", aconsejó finalmente.



LOS NÚMEROS LECHEROS

  • 185  litros por habitante/año es el consumo argentino de leche y cada vez es más económico y chico. Los productos premium son menos.
  • 25  es el porcentaje de la producción total láctea nacional que el sector destinó el año pasado a comercializar en el exterior.
  • 11.500  millones de litros de leche fue aproximadamente la producción en nuestro país en el 2022. Este volumen se mantiene igual hace 20 años.