La Terapia Craneosacral (TCS) consiste en aplicar una leve presión con las manos. Esto pone en funcionamiento los procesos naturales de curación del cuerpo. El sistema Cráneo Sacro es fisiológico; se encuentra en general en los mamíferos. Se forma en la vida intrauterina y persiste hasta la muerte. Está formado por las membranas y líquido céfalo-raquídeo que rodean y protegen al neuroeje. Se extiende desde el cráneo (huesos del cráneo y macizo facial) hasta el sacro. Esta terapia se destaca dentro de los métodos en los que el cuerpo cumple un rol "participativo’, en lugar de ser sometido a tratamientos invasivos. Así lo explica Nadia Félix, licenciada en Kinesiología Fisiatría y licenciada en Psicología, titular de la Facultad de Medicina en la escuela de Kinesiología y Fisiatría, miembro de la International Association Healthcare Practitioner (IAHP) y de la International Association Healthcarre Educators (IAHE).

Félix, que estuvo a cargo de una disertación para profesionales de la salud, de San Juan, explica sobre el tema que con un leve contacto, un terapeuta entrenado puede percibir las pulsaciones del Sistema Cráneo Sacro trasmitido a todo el cuerpo a través del Sistema Facial, constituido por el tejido conectivo. Una alteración de este sistema afectará adversamente el desarrollo del cerebro y medula espinal, dando trastornos neurológicos sensoriales y motores.

El trabajo terapéutico consiste en ayudar al paciente a re-establecer el flujo normal de movimiento. Debido a la influencia que tiene sobre muchas funciones del cuerpo, esta terapia es empleada por profesionales de la salud que incluye osteópatas, dentistas, kinesiólogos, terapeutas físicos y ocupacionales etc.

La TCS ha demostrado aliviar una amplia gama de trastornos, incluyendo disfunciones congénitas, cólicos, lesiones cerebrales y espinales, migrañas, fatiga crónica, trastornos de coordinación motora, dolores crónicas de cuello y espalda, escoliosis, desórdenes del sistema nervioso central, problemas emocionales, bruxismo, disfunción de la articulación témporomandibular (ATM), dificultades de aprendizaje, stress y problemas relacionados con la tensión, trastornos de stress postraumático y problemas ortopédicos. Aunque el objetivo de la TCS es descubrir la fuente del problema, también logra un alivio de los síntomas.

Esta terapia se recomienda como método y tratamiento preventivo, ya que mejora el sistema inmunológico y aporta mayor energía, calidad de sueño y equilibrio físico y mental. Se trata de una técnica muy suave. Rara vez el terapeuta aplica más de 5 a 10 gramos de presión. Esto requiere un contacto sensible más que una mano pesada. Adoptando este tipo de abordaje, el método resulta muy seguro y eficaz.