Es como representar un pasaje de la novela de Julio Verne, pero por atletas y no apto para claustrofóbicos. Cada diciembre del año y desde hace diez ediciones, la antigua mina de sal Glückauf en Sondershousen, estado de Turingia, Alemania, se convierte en el escenario del único maratón subterráneo del mundo: Untertage Marathon, la prueba atlética que se corre a 700 metros bajo tierra. Nacida como atractivo turístico de la ciudad, reúne a cientos de maratonistas de distintas partes del globo dispuestos a enfrentar condiciones extremas de calor y humedad. Sólo para tener una idea, mientras en la superficie la temperatura ronda los 0º grados (en diciembre Europa está en pleno invierno), en la mina el termómetro asciende a los 30ºC y la humedad ronda el 40 por ciento.
Miguel Caselles, un maratonista español de vasta experiencia, participó de la prueba en 2008 y contó a CUYO MINERO su experiencia. Oriundo de Madrid, en la oportunidad acompañó a Juan Antonio “Chinotto” Alegre, quien obtuvo el tercer puesto ese año. Según Caselles, competir en esta prueba fue vivir una experiencia surrealista llena de particularidades. “Por desarrollarse bajo tierra el calor y humedad son compañeros de carrera, aunque el mayor problema son las fuertes rampas que tiene el recorrido. Se trata de dar cuatro vueltas a un circuito de galerías hasta alcanzar los 42 kilómetros que en total suman 2.400 metros de desniveles acumulados, cuesta arriba y cuesta abajo. Podría decirse que se trata de una carrera de montaña bajo tierra”, detalló Miguel.
El descenso al lugar es también muy peculiar y en cierto modo convierte a los atletas en mineros por un día. Antiguos ascensores jaula bajan a los participantes por grupos, quienes ya deben haberse calzado un casco, reglamentación obligatoria de la organización. Por su ligereza, muchos prefieren los modelos utilizados en el ciclismo, aunque otros optan por los que constan con luz frontal para iluminar el recorrido. Por otra parte, como las galerías presentan tramos de sal compacta y en otros sal triturada, los corredores optan por zapatillas trail para mayor agarre en el terreno. Dadas las condiciones de calor y humedad, los maratonistas están obligados a hidratarse cada dos kilómetros y medio en sitios especialmente preparados.
“Sin duda volveríamos a Sondershausen a correr dentro de su mina de sal. Al ser fechas navideñas el ambiente es fantástico. Además la organización de la carrera introduce dentro de la mina a una banda de música para animar la carrera. Y por si fuera poco, en meta te esperan varios grifos de cerveza sin fin”, concluyó Miguel Caselles.
El Untertage Marathon se efectúa cada año en diciembre, en el marco de festividades por el día de San Nicolás, una celebración arraigada en las familias alemanas que invita al encuentro entre amigos y familiares. Representa también la revalorización de la tradición minera de esa ciudad dedicada a la extracción de cloruro de potasio, actividad que tras la unificación de Alemania dejó de ser rentable.
Esa realidad abrió una nueva alternativa vinculada al turismo o lo que en el lugar se dio a llamar como “Erlebnisbergwerk” o mina de aventura, que precisamente consiste en aprovechar las instalaciones de la mina Glückauf (que quiere decir buena suerte en alemán) para visitas guiadas a las instalaciones con antiguas maquinarias, eventos culturales y deportivos e incluso casamientos, ya que muchos eligen el lugar como un sitio original para dar el “Sí”. La mina Glückauf inició su explotación en 1893 y culminó en 1992, siendo considerada por muchos como la mina de potasio más antigua del mundo abierta al público.

