En 1994 los gobiernos de Mendoza y San Juan con muy buen acierto acordaron trabajar en conjunto para evitar una guerra de precios que podría distorsionar el mercado del vino. La idea era firmar un convenio para que todos los años pudieran destinar un porcentaje de la producción de uvas comunes a la elaboración de mostos o jugos de uvas con destino a la exportación. De esta manera se sacaba uva del mercado para producir un equilibrio entre la oferta y la demanda de vino y distribuir un precio justo en la cadena de producción, elaboración y comercialización. Así los viñateros y bodegueros estaban obligados a cumplir este convenio caso contrario recibirían una multa económica.

Destinar uvas a mosto era visto con muy poco agrado por los productores ya que recibían de parte de las mosteras muy poco margen de ganancia y entendían que para estos empresarios su negocio se encontraba prácticamente asegurado ya que todos los años tendrían un porcentaje cautivo sin mucho esfuerzo en buscar clientes.

Lo cierto es que ambos gobiernos se encargaron de convencer que ésta era la única salida para evitar acumulaciones de vino y de a poco el convenio se fue consolidando a tal punto que sigue en vigencia hasta nuestros días.

Pero en los últimos cinco años Mendoza no cumplió con el pacto y la uva que no destinó a mosto se fue a vino generando los actuales excedentes y los bajos precios actuales (ver infografía).

Incluso el actual gobernador, Francisco Perez, dijo en una nota publicada por diario Los Andes "¿Por qué no tenemos mosto suficiente para vender las 250.000 toneladas que nos pide el mercado mundial y a buen precio? Hemos producido sólo unas 150.000 toneladas pese a que sugerimos que no hicieran blanco escurrido e hicieran más del 30 % de mosto con sus cosechas. Y los que en realidad no cumplimos fuimos los mendocinos: apenas superamos el 20%. ¿Y yo tengo ahora que afrontar ese incumplimiento, destinando plata para sostener el vino de los que no hicieron el mosto y se empecinaron en hacer un vino que hoy no tiene precio ni demanda?".



Mal destino de

Criollas y Cerezas



Mendoza produce entre uvas Criollas y Cereza casi 600 millones de kilos, en su mayoría producida en la zona de San Martín, Santa Rosa y Junín. Esto es el 31% del total de la producción de la provincia.

La provincia de San Juan elaboró con estas uvas en la vendimia 2011 unos 271 millones de kilos, o sea el 39 %. A su vez acá se destinan en promedio unos 30 millones de kilos de uvas del descarte de variedades de uvas de mesa y pasas, con lo cual se aumenta este porcentaje de uvas de baja calidad enológica.

Así las cosas se ve claramente que hay uva de sobra de estas variedades para destinar a la producción de mosto y potenciar otras de mayor calidad para la elaboración de vinos. Esta fue la base del planteo para firmar un acuerdo.

Desgraciadamente desde el 2007 hasta la última vendimia, Mendoza no cumplió con los porcentajes y en cinco años unos 580 millones de kilos de uva no se destinaron a la producción de unos 461 millones de litros de mosto sulfitado, para el cual existen diversos mercados internacionales como mosto concentrado. En todos estos años Mendoza produjo 805 millones de litros de vino provenientes de uvas Cereza y Criollas. Toda una barbaridad.

La otra cara de la moneda es San Juan que en ese lapso logró producir un excedente por encima del convenio por 590 millones de litros de mosto sulfitado. Es decir hizo un esfuerzo enorme por diversificar los destinos de la uva, produciendo para la exportación mosto concentrado y a lo que se le suma otros destinos como uvas de mesa y pasa por lo que más del 60 % de su producción no se destina para elaborar vino, no contribuyendo al aumento de stocks vínicos. Hoy las operaciones del vino básico de blancas oscilan entre $0,85 y $0,90 el litro, los tintos alrededor de 2 pesos y el mosto sulfitado en $ 1,15 y $ 1,20. Precios muy bajos y que ha puesto nerviosos a muchos.

El gobernador Perez al reconocer los excedentes prometió remediar esa problemática en el próximo acuerdo que firme para el 2012 y que sería no menos del 30% si la cosecha es normal.

Los funcionarios de de José Luis Álvarez, ministro de Agroindustria y Tecnología de Mendoza, afirmaron su vocación de ajustar el "Acuerdo" y perfeccionar las multas y compensaciones, sosteniendo el alto el porcentaje obligatorio del mosto y van a corregir el índice de compensación por exportaciones uno a uno (hoy un litro de vino exportado equivale a la producción de 1,5 litros de mosto), revisar el Mercado de Cupos ("Mercado negro"), qué se cobra de multa y en qué se usa el dinero.

También van a intensificar los controles de producción de mosto a través del Fondo Vitivinícola (en coordinación con el INV) y pretenden incrementar la multa para aquellos empresarios o establecimientos que no cumplan con el porcentaje acordado. No quieren poner recursos para salvar a los que insisten en hacer vino sin mercado, y que después piden asistencia al los gobiernos para que los salven.