Mandeme en un resumido mail o por whatsapp el CBU de su cuenta bancaria y de inmediato le transferimos on line el adelanto para poder empezar a plantar, se escuchaba a gran volumen por el altavoz del pequeño y añejo celular Nokia del veterano productor de uvas de Sarmiento. Los que estábamos cerca del hombre, en una casa muy conocida de venta de agroquímicos ubicada en Pocito, no pudimos dejar de escuchar. Y el hombre, un poco aturdido, un poco sorprendido, pero exageradamente sabio con su experiencia de campo, aprovechó la ocasión para, ahí nomás decir +muchachos, me explican un poco qué es lo que me dijo el hombre de la empresa compradora de mis uvas, que no le entendí casi nada?+
Nosotros, algunos con canas ya, primero que tampoco somos muchachos jóvenes a esta altura de nuestras vidas, y segundo que, en mi caso particular, tampoco soy un genio de la computación como para asesorar y dar explicaciones sobradas a quienes consultan.
Uno de los que estaban ahí lo encaró: +No tiene un smartphone?, con ese teléfono usted puede conocer la cotización del dólar al instante, los diarios en pantalla, ver televisión, puede ver las cuentas de los distintos bancos y saber si le depositaron, o también hacer transferencias, qué sé yo, puede hacer un montón de cosas, siempre que baje las aplicaciones y sepa como manejarlo+.
El agricultor bajó la vista y era claro su sentimiento: la ciencia lo había superado, y …largamente. No habló más. Y se fue, lentamente.
Nosotros nos quedamos conversando y llegamos a la triste conclusión que somos esclavos de los avances en comunicaciones y de los manejos mixtos interrelacionados de empresas, bancos, insumos, servicios, etc. Ciencia fuerte…pero el estrés también.