Fanáticos de los videojuegos en los años "80. Con asistencia perfecta en cualquier local de Sacoa del país. Especialistas en programación, animación y "jueguitos".
Con semejantes antecedentes, ¿qué otro objetivo podían tener Hernán Sáez y Máximo Balestrini que no fuese crear su propio juego?
Dos años de trabajo: del 2010 al 2012. Y dos años más de prueba y error. Siempre en los ratos libres de estos porteños -socios en Videogamo, una empresa del rubro- hasta que lograron crear su NaveArcade, este innovador juego de resistencia que están llevando por las diferentes provincias argentinas con la sencilla intención de escuchar las opiniones de los jugadores, ver sus reacciones y experimentar de cerca sus impresiones. Esta semana llegan a San Juan.
Salieron el 2 de octubre pasado de Capital Federal. Ya pasaron por Rosario, Villa María en Córdoba y el itinerario sigue hasta La Rioja. Está previsto que el jueves 9 instalen su máquina Arcade por primera vez en San Juan, para luego seguir el recorrido con sus expectativas e ansiedades hacia Mendoza, cruzar la frontera a Santiago de Chile y volver al país. Entonces terminarán su gira en Tecnópolis, espacio que consideran la meca de la tecnología para mostrar lo que saben hacer.
Ambos, viajan en un auto con un trailer especialmente diseñado para trasladar el juego que tiene las dimensiones de "una heladera, pero mucho más pesado”, grafica Hernán a la estructura que no es ni más ni menos que el mueble de un viejo video juego que en su interior tiene una computadora común y corriente con la programación que idearon. Ese es el único que tienen y el que ponen a prueba en cada destino.
"Nosotros hicimos el juego que nos gusta jugar. Y queremos que otros nos digan que les parece. Eso es todo. Ni siquiera pensamos en hacer más máquinas. Por ahora no nos interesa”, adelanta Hernán.
NaveArcade es un juego que pone a prueba la capacidad y la habilidad para hacer resistir justamente a una nave espacial. Como muchos otros entretenimientos de su tipo, la nave en cuestión debe correr contra el tiempo, sorteando obstáculos, destruyendo enemigos disparando contra ellos y sumando puntos al tomar poderes. Y aquí es donde se encuentra la verdadera innovación que lograron los creadores: al tener más poder, la nave va creciendo de tamaño hasta completar la dimensión completa de la pantalla, lo que es bueno porque significa que el jugador ganó muchos puntos, pero también es malo porque no puede seguir avanzando en el juego. "Por eso, nuestra propuesta de juego es resistir. Nos encanta ver cómo se sorprende la gente cuando esto pasa y cómo tratan de resolverlo. Quien más resistió fue una persona que logró un puntaje de 4 horas 25 minutos”, agrega.
El juego -que solo se maneja con una palanca y un botón- solo se puede jugar en esa maquinita (iguales a las que hicieron furor en las décadas del "80 y "90) ya que no tiene versión descargable ni a computadora, celular ni tablet. Aunque si tiene la misma filosofía: es un juego de partidas cortas, lo que lo hace más accesible. Sus creadores aducen que lo disfrutan de este modo y es lo que quieren compartir. Por eso lo presentan en fiestas, convenciones, encuentros, en bares, plazas y escuelas. Ahora le toca el turno a San Juan. La NaveArcade estará disponible para que los locales jueguen gratis el jueves 9 a partir de las 22 horas en Flores Arte Bar (Entre Ríos 145 sur). Sólo habrá que llevar las ganas de divertirse y paciencia por si el que está adelante en la cola, es muy habilidoso con el jueguito.
"Están todos invitados, especialmente aquellos que disfrutan de lo lúdico, de jugar tanto al ping-pong, a los dados o a lo que sea. Este juego es para la gente” invita Hernán, quien no tiene problemas en aprovechar la oportunidad para responder a las inquietudes de cómo logró NaveArcade.
