Esta semana el papa Francisco sorprendió con su Catequesis Semanal, donde abordó el sentido de la Navidad para los cristianos y entre otros conceptos la calificó como "evento del que no puede prescindir la historia".
El pontífice argentino invitó a "los hombres y las mujeres a la gruta de Belén a adorar al Hijo de Dios hecho hombre. Cada uno de nosotros, acerquémonos al pesebre, que encuentre en su casa o en la Iglesia, o donde sea, e intente realizar un acto de adoración en el interior: yo creo que Tú eres Dios, que este niño es Dios, por favor, dame la gracia de la humildad para poder entender".
Y explica la ruralidad del hecho: "Para observar el decreto del emperador César Augusto, que ordenaba registrarse en el censo del propio pueblo de procedencia, José y María van de Nazaret a Belén. Nada más llegar, buscan enseguida alojamiento, porque el parto es inminente; pero lamentablemente no lo encuentran, y entonces María se ve obligada a dar a luz en un pesebre".
"Pensemos: ¡al Creador del universo no le fue concedido un lugar para nacer! Quizá fue una anticipación de lo que dice el evangelista Juan: ‘Vino a su casa, y los suyos no la recibieron’ (1,11); y de lo que Jesús mismo dirá: ‘Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza’ (Lc 9,58)", señala Francisco.
Y entre otros conceptos brillantes consignó: "Sólo la humildad nos abre a la experiencia de la verdad, de la alegría auténtica, del conocimiento que cuenta. Sin humildad estamos aislados, estamos aislados de la comprensión de Dios y de nosotros mismos. Es necesario ser humilde para comprendernos también a nosotros mismos, mucho más para entender a Dios".
Feliz Navidad desea Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO a todos sus lectores.
