Los recientes números del INDEC relacionados con la inflación del mes, de cerca de 0,7 % según ellos, dejan más que hablar. En un momento en el que los índices de las consultoras más calificadas del país, seriamente conocedoras de la situación real, tanto en la industria, como en el campo, en los servicios, la actividad de los comercios y demás situaciones inherentes del trabajo, hablan de un 30 % y el mismo INDEC sólo estima que llegará en el año a un 12 ó 13 %.

Esto es una pálida imagen de lo que es Argentina, en materia de números. Los empresarios y quienes toman grandes decisiones, prefieren toda la vida ir a arriesgar al Brasil de Lula, cuarta potencia mundial hoy, y un país en crecimiento activo y no en el nuestro, mentiroso y dudoso en los números. Dejemos de lado el aspecto de seriedad bancaria, estrategia de exportaciones y planificaciones económicas macro a corto y largo plazo.

Asimismo, los inversionistas de grupos importantes también prefieren ir a Chile, que con terremoto en febrero de 2010 a cuestas, aún así posee una tasa de crecimiento altísima, y tiene en Felipe Piñera un presidente muy activo y que tiene claros los objetivos de su política y economía, para sacar el país adelante. Con exportaciones agroindustriales y forestales, pesqueras más las de elementos minerales y otras, a full, con extensiones y oficinas comerciales en todo el mundo y con tratados favorables a tasa cero de ingreso de sus mercaderías, con el tremendo valor que eso significa.

En pocas palabras, las mentiras tienen patas cortas. En un país donde el precio del gas oil desde julio de 2009 al mismo mes de 2010 subió un 40 % y es el motor del campo, donde la carne, el pollo, el pan, el azúcar, no para de aumentar no puede haber una tasa de inflación de 0,7 % mensual. O no ?