Foto: colaboración Belén Coria

Belén Coria sabe los efectos de las pinturas. No sólo a nivel estético y ornamental. Sino como terapia para la salud física y para las emociones más profundas. Lo comprobó cuando fue paciente oncológica y lo sigue poniendo en práctica desde entonces y sin límites. Es más, con pequeñas pinceladas, lo ha ido incorporando naturalmente como rutina en la vida de su pequeña hijita Lucía, ni bien aparecieron sus primeros esbozos de "algo raro" en su proceder, lo que luego de pasar por diferentes consultorios ya tiene diagnóstico de espectro autista.

Belén y Milo Lockett, en el festival Marco, realizado en Canning, en octubre pasado.


En ese contexto personal y artístico, Belén se sumó en octubre pasado a un mega evento convocado por Fernando Weimann, un artista urbano, autodidacta del conurbano bonaerense, también conocido como "Aquel Simple Bobo". Allí se encontró con Manuel Paz (quien luego de ser escenógrafo por años de la productora Polka y otros espacios televisivos, mutó esta tarea para ser artista tiempo completo) y fundamentalmente con un viejo conocido suyo, el famoso Milo Lockett, el chaqueño que abandonó su fábrica textil y sus actividades empresariales para poder ser ese pintor de figuras infantiles llenas de colores que lo caracterizan y que, siempre, siempre tienen un fin social más que comercial (de hecho dona buena parte de sus ganancias a diferentes causas). Justamente Belén tuvo la oportunidad de pintar con Milo cuando el artista vino a llenar de vida las paredes de la Sala de Espera del Servicio de Onco-Hematología Pediátrica del Hospital Rawson, por iniciativa de Fundame, luego expuso en su galería y también en su bar en el Barrio Chino, en Capital. A su vez, el reconocido artista le devolvió el convite, yendo a su taller. Por todo eso, la sanjuanina con sus pinturas en manos, no dudó ni un segundo cuando la sumaron a la iniciativa que se realizó en Estación Canning, cerca de Ezeiza a 1130 kilómetros de San Juan. Fue una experiencia tan maravillosa como reveladora porque la convocatoria en cuestión era nada más ni nada menos que una invitación para que el arte pusiera en el tapete al autismo. Aquella vez además de darse el lujo de hacer lo que más le gusta sobre un bastidor, regaló su obra a un chiquito y otro trabajo suyo fue el primero subastado de la jornada -lo mismo pasó con el resto de los participantes- ya que parte de lo recaudado estaba destinado a juntar fondos para la Fundación Brincar, que trabaja por difundir y contener a quienes padecen este trastorno.


Con el ímpetu de lo vivido, un día, haciendo una videollamada con Weimann, le surgió proponerle replicar la actividad en San Juan. No tuvo que tocar muchas puertas, ni esperar respuestas: sus tres amigos y un puñado de colegas sanjuaninos -entre los que están Alejandra Baldis, Analía Russo, Claudio Domínguez Arancibia, Eliana Femenía, Esteban Cabañez, Franco Méndez, Hebe Atencio, Hugo Rochetti, Jamile Apara, Juana Quiroga Castro, Juani Girini Manzur, Marcela Ivana González, Juan Manuel Noguera, Marcelo Ormeño, Mery Zalazar, Brian Olivares, Nelson Vila, Patricio Le Beuffe, Sonia Parisí, Vanesa Sarrasina, Ponja Roca, entre otros- ya están preparándose para repetir algo similar aquí. El encuentro llamado en San Juan, Festival Ama, no solo haciendo alusión al amor sino a Arte Más Autismo- será el 11 de marzo, desde las 17 en el Chalet Cantoni y el público general podrá no solo ver arte en vivo, sino acercarse a los creativos, charlar, intercambiar ideas. 

Imágenes de un encuentro feliz. Por un lado, los chicos tuvieron su espacio de pintura junto al colectivo de artistas que se sumaron a la iniciativa que Weimann creó por su sobrino que padece autismo. 


"Están especialmente invitadas las personas autistas porque queremos comunicarnos con ellas, pero en realidad todos podrán acompañarnos pintando. Es el modo que elegimos para visibilizar este espectro ya que ni en las escuelas, ni en los clubes ni en las familias se habla de esto y estamos convencidos que a través del arte acercamos caminos, convivimos. Los artistas podrán vender sus obras mientras que las pinturas que hagamos en vivo Milo, Fernando, Juan y yo serán donadas al Ministerio de Salud de la provincia que parte de esta idea", adelantó Belén sobre lo que sucederá el próximo sábado.


Los interesados en sumarse, ya sea como artistas, ya sea como familias, pueden contactarla por sus redes sociales o por Whatsapp al 0261-4695853.


Belén Coria es, antes que nada la madraza de Lucía y de Juan, aparte de creativa, emprendedora y artista plástica: las pinturas de sus Despeinadas sus personajes favoritos, aunque no es la única temática que pinta- no solo se lucen en las paredes sino que son parte de camisones que vende y que cada cierta cantidad, dona a una paciente oncológica, como supo ser ella (por eso experimentó lo que representa este tipo de prendas en la vida de una persona con cáncer que debe ser sometida a operaciones y tratamientos invasivos). Su objetivo es regalarle un poquito de bienestar. Ahora sumó una nueva inquietud, hablar con trazos y colores, de autismo.