La mañana se presentaba tórrida en la ciudad de San Juan y muy temprano el grupo de voluntariado de Fundación Banco San Juan, estaba listo con sus equipos correspondientes y el bagaje de juguetes para cumplir el sueño de muchos niños. Ellos escribieron sus cartitas y las entregaron a la Fundación a través de Luciana Díaz, profesora de música de las dos escuelas junto al gerente de la sucursal Sarmiento. En el Banco San Juan todos los años se arma este árbol de los sueños, que además de llevar los adornos típicos de Navidad, se cuelgan las cartitas con los pedidos de los chicos. El personal del Banco ya sean gerentes o empleados, por sección o individualmente, saca una o más cartitas y compran los pedidos.

Casi 90 niños esperaban con mucha ansiedad en la Escuela Mariano Moreno de Cochagual, departamento de Sarmiento, aquella mañana del 17 de diciembre. Se trata de una escuela rural aislada, ubicada a 8 km de la villa cabecera Media Agua, en la calle Dominguito s/n. Los chicos que asisten a esa escuela van sólo tres veces por semana, y cuenta con nivel inicial, primario y ciclo básico secundario. Además tienen orientación tecnológica y agricultura. El mencionar estas áreas es categórico porque la escuela para los chicos de esta zona significa todo, no hay kioscos, heladerías, supermercados, cine y para qué seguir mencionando cosas; su escenario es la naturaleza y la escuela.

Su directora Graciela Atampis recibió a Revista Oh! el día en que se cumplían los sueños y mientras vivíamos la gran fiesta, ella nos contaba: "Los niños son sanos en este lugar, y traen una gran observación y experiencia de la zona, por ejemplo un día se nos llenó de murciélagos la escuela; fueron los chicos quienes los sacaron sin matarlos por cuidar la ecología. El gran relato estaba en la forma que lo hicieron, sólo para expertos, trajeron varillas de árboles y las agitaron para emitir un sonido especial que los animalitos siguen y de esa forma sacaron la invasión de murciélagos. Esta es sólo una de las tantas anécdotas que les puedo contar".

La animación de ese gran día fue el Papá Noel y el acompañamiento de órgano de David Gardiol, que hicieron que el calor de esa mañana se convirtiera en un bálsamo de alegría y felicidad en las caritas de los chicos y en todos los adultos que vivíamos este alimento para el espíritu.

Muchas necesidades

El lugar no deja de llamar la atención porque había un detalle muy importante en Cochagual que no pudimos pasarlo por alto: no tienen agua potable y tampoco les llega el turno del canal. La escuela está a 2 km. de la compuerta, el turno que les toca es cada 8 días, media hora, por lo tanto no alcanza a llegar el agua en tan poco tiempo. Todo un desafío para una escuela donde concurren alumnos desde los 5 a los 16 años aproximadamente. Y como si fuera poco tienen un profesor de Agricultura, Juan Martí, que les enseña la multiplicación de plantas autóctonas del lugar, el cultivo en un invernadero y las tareas de granja. Juan nos explica: "La huerta es un espacio contenedor de aprendizaje, allí les enseño a multiplicar algarrobos, pencas, aloe vera, entre otras especies que ellos encuentran donde viven. Los elementos de trabajo, como las herramientas de mano son escasos aquí por lo tanto llevo una tarea difícil para desarrollar todas las actividades que necesitan aprender. En el invernadero se trabaja mucho con los chicos del ciclo secundario, donde fabricamos un sistema de riego debido a la escasez de agua. Convertimos una pileta en reservorio y el agua nos las pasa el vecino cuando termina de regar su finca, toda una epopeya para hacer crecer no sólo a los niños sino también especies animales y vegetales".

Otra de las personas destacadas de la escuela es, Marita Aguilera, que desarrolla el proyecto de integración intercultural, les enseña todo acerca de la cultura Huarpe de nuestra provincia. Las áreas recreativas como arte y música son las más codiciadas por estos chicos ya que no tienen distracciones. "El centro de la escuela es el niño y su entorno debe estar en función de él. Además les enseñamos que el cuerpo no sólo es para trabajar sino para disfrutar, ya que la mayoría trabaja en las cosechas; por lo tanto son golondrinas del lugar", nos agrega Graciela Atampis. En el cuerpo docente hay grandes personas que dan la vida por estos niños, Ivana Muñoz, Silvia Aguilera, Graciela Montivero, Silvana Calvo, Analía Albarracín y Juan Martí es el equipo de trabajo en la escuela Mariano Moreno. Una mañana, unas horas, un poco de trabajo, un pequeño show, hizo posible dar amor, felicidad y alegría a personitas que serán el futuro de una provincia y que además viven situaciones difíciles, sólo se trata de dar.