Mejorar la calidad del aceite de oliva y estudiar el modo de revertir los bajos rindes en los olivares fueron parte de los temas debatidos por los asistentes a curso de capacitación sobre "Procesamiento y calidad de aceite de oliva".
Unas 130 personas de Catamarca, La Rioja, Córdoba, Bahía Blanca, Buenos Aires y de Chile se dieron cita esta semana en la Estación Experimental del INTA en Pocito para participar de este evento organizado por esta institución, junto al grupo CREA Olivícola San Juan y la Australian Olive Association Ltd., con el auspicio de Amenduni Nicola Spa.
Uno de los disertantes fue el ingeniero Luis Scarrone, quien comentó a Suplemento Verde que el consumo anual promedio de aceite de todo tipo en el mundo es de 154,5 millones de toneladas, volumen en el cual el aceite de oliva sólo ocupa el 2%, es decir, unos 3,1 millones de toneladas anuales.
El consumo está prácticamente equiparado con la demanda y ambos crecen a un ritmo promedio del 3% anual.
Se trata de un mercado en crecimiento, con posibilidades de expansión sobre otras grasas.
Pero distinguió a la hora del consumo, los países consumidores se dividen en dos mercados diferentes:
* Los tradicionales o del mediterráneo vinculados por su historia productiva.
* Los mercados emergentes en materia de consumo, más asociados a la salud y las propiedades nutracéuticas del aceite de oliva.
En cuanto a la producción, se observó una producción muy concentrada, con prácticamente el 97% desarrollada en la cuenca del Mar Mediterráneo y una realidad; quedan muy pocas áreas agroecológicamente aptas en el mundo para el desarrollo de la olivicultura.
En Argentina
En nuestro país el reciente desarrollo de la olivicultura está vinculado a la posibilidad de contar con superficie apta para el cultivo, con una buena calidad de aceituna y una industria oleícola moderna con aspectos importantes a mejorar.
Scarrone marcó el crecimiento del sector vinculándolo a la Ley de Promoción agrícola ejecutada durante la última década del siglo pasado y que posibilitara llevar las hectáreas de unas 29,5 mil a más de 100 mil.
Según explicara el 60% de la producción está destinada a la producción aceitera. Paralelamente ubicó la producción de aceituna aceitera en el país, en el orden de los 80 a 100 mil toneladas anuales.
Unas 62.700 hectáreas son las que destinan hoy sus aceitunas a la elaboración de óleo y esto coloca el rinde promedio preocupante por hectárea de 1,59 toneladas.
Más adelante Scarrone le restó a la superficie total en unas 9.400 hectáreas -15%- de olivares nuevos o en proceso de implantación. Luego restó también unas 18.800 hectáreas improductivas para dejar unas 34.500 hectáreas en producción, con lo cual el rinde promedio por hectárea nacional no sube mucho: 2,90 toneladas.
Sector industrial
Scarrone analizó el comportamiento de la industria oleícola argentina, ubicando en 100 las líneas de elaboración existentes, con una capacidad de procesamiento de 6.000 toneladas diarias, que en una temporada de 70 días suman una capacidad anual de 420.000 toneladas. Localizó el volumen procesado actual medio en 100.000 toneladas y esto significa la existencia de una capacidad ociosa de 300.000 toneladas anuales.
Destacó que el contenido de aceite en materia húmeda promedio en los laboratorios es de 17 a 19 % (Autolec), mientras que el promedio del rendimiento en las plantas industriales es inferior, esto es un 13,5 a 14%.
Scarrone realizó un interesante análisis: si la industria obtiene 140 kilogramos de aceite por tonelada de aceitunas y el Autolec laboratorio- indica un contenido del 180 kilogramos, entonces al alperujo se está tirando 40 kilogramos de aceite por tonelada de olivas.
En síntesis, a U$S2.500 la tonelada de aceite, Argentina tira al alperujo unos U$S10 millones anuales en aceite de oliva y por ende, este es un aspecto importante a estudiar y mejorar.