Enero y febrero son días distintos. Cambian las rutinas de todos, se tenga o no, días de vacaciones reales porque todo alrededor está un poco más relajado y esa sensación es contagiosa. Por supuesto que muchos, en este tiempo, viajan van a la playa o al río o al destino -especialmente- fresco que prefieran y otros, pasan sus días entre chapuzones en la pileta. Obviamente todas estas situaciones generan cambios, surgen preguntas, aparecen dudas y soluciones mágicas o no tanto, con tal de prevenir accidentes, momentos incómodos y por qué no hasta enfermedades, si es que hay un pequeñito como protagonista. Para responder a todo esto, la doctora Claudia Duano -médica de Familia, especialista en Salud Social y Comunitaria, Preparadora prenatal y Asesora en lactancia certificada - habla desde sus conocimientos, su experiencia y desde las mismas inquietudes que plantean los papás cada vez que se predisponen a salir con un bebé de vacaciones, para que sean lo más divertidas y placenteras para todos. 


Vacaciones es sinónimo de relax: cambian rutinas, horarios, comidas. ¿Qué pasa con los bebés? 

Cuando hay bebés hay que saber que las vacaciones van a ser absolutamente diferentes. No van a ser las que teníamos hasta ahora como pareja ni con chicos de 3 y 4 años que las toman como una aventura. Es que dentro de las situaciones a las que tenemos que prestar especial atención en la infancia, la más grande es la muerte de un familiar cercano, y la segunda es la mudanza. Cuando nos vamos de vacaciones de alguna manera nos mudamos: mudamos olores, sonidos, la iluminación del lugar donde duermen, tenemos ritmos diferentes y eso en el caso de bebés pequeños, implica un desorden tremendo. Por supuesto que todo esto perturba un poco las vacaciones que queríamos tomarnos, descansar, la playa, salidas o lo que sea a ritmos adultos. Siempre recomiendo con bebés chiquitos, hacer viajes mas cortos y con menos expectativas. Hay que ser conscientes que los bebés pequeños no necesitan vacaciones ni ese cambio de rutina y lugar. Las vacaciones lo único que hacen es estresarlos.


 Tanto cambio, ¿genera extrañar más?

Extrañar es natural. Es necesario contarles a los chicos lo que se va a vivir, que no van a ver a los abuelos, a sus amigos, al perro por unos días pero que vamos a volver. Siempre hay que tener en cuenta que no hay que hacer partícipe al niño -por supuesto si es mas grandecito- de una decisión en la que no tiene voz ni voto. Es decir, yo decidí que vamos a irnos de viaje no lo voy a preguntar si quiere o no el paseo porque vamos a ir lo mismo; lo que si tenemos que hacer es anticipar, explicar lo que va a ocurrir, poner tiempos -algo que no es sencillo con niños- pero se puede llevar un pequeño calendario y marcar el día de partida y mostrar los que no vamos a estar en casa y a medida que pasa el tiempo, se pueden ir tachando o haciendo un dibujo de lo que se hizo cada jornada.

¿Eso ayuda a bajar la ansiedad?

Depende un poco de cada niño, del entorno. Creo que sin lugar a dudas los desesperados por las vacaciones somos los grandes y se lo trasmitimos a los niños porque cuando nos detenemos a pensar muchas veces en sus necesidades, seguramente las vacaciones serán más lindas quedándose en la casa, para poder jugar con sus padres, con sus amigos, ir al club, dormir hasta tarde que ir a un ámbito desconocido. Si bien es una necesidad totalmente válida, es de los adultos. 

¿Cómo se hace para mantener los horarios de comidas, del baño, del sueño?

La mayoría de los bebés no dejan relajarse, lo más probable es que los primeros días sean un caos total hasta entrar en un nuevo ritmo que, quizás no sea el mismo que uno tiene en la casa pero es rutina, al fin. El bebé necesita sistematizarse, organizarse de alguna manera, necesita la anticipación: amanecer con el sol ya salido todos los días a la misma hora, un baño cuando baja el sol, etc, etc, eso le permite no desbordarse de ansiedad lo que en ellos se traduce en llanto, en irritabilidad, en no poder dormir, inclusive avances que se habían logrado se pierden, es como una cadena que se hace en los más pequeñitos. Una nueva rutina está buena para el bebé y para el resto de la familia, aunque sea transitoria. Son muy plásticos y se adaptan. Pero si todos los días son muy diferentes: comidas cambiantes de a ratos, horarios desordenados, lugares distintos, vamos a tener bebés desorganizados en todas las vacaciones.

¿Qué pasa con las comidas: se cocina menos y se come más laxo, se permiten otros tipos de comidas?

Con los bebés pequeños, menores de un año, uno tendría que programar para tratar de poder preparar siempre su comida o en su defecto, si se sale a comer que haya un bife con puré. Hay que tratar de darles comidas cocidas que son mas seguras que las crudas. Y con los mas grandecitos, en lo posible, darle la menor cantidad de "chatarra'', aunque no hay que olvidarse que las excepciones son las que hacen maravillosa la vida por ende un par de veces está bueno que coman otras cosas, diferentes de las habituales. Lo terrorífico sería que todos los días se alimenten de hamburguesa y panchos. Además que se constipan y la pasan mal, cuando uno les destroza la rutina alimentaria, después cuesta más recuperarla y entender por qué vacaciones sí, pero en casa, no.

Si se elige un destino con mucha diferencia térmica, ¿que hay que tener en cuenta?

Lo que tienen que saber los papás es que esto del cambio de temperaturas entre el día y la noche y los resfríos, algo que está tan institucionalizado, es falso. Un niño no se resfría porque pasó un poco de frío, sino porque tenía dando vueltas el bicho y lo encuentra inmunológicamente tambaleante o débil, entonces se enferma. El frío per se, no debería enfermar. 

Pero si se va a lugares muy calurosos, si hay que prestar más atención a la hidratación y a la exposición al sol con los bebés

Siempre es importante diferenciar en los lugares muy calurosos la exposición solar y la protección de la piel, del golpe de calor. En este último caso, se puede estar en una carpita, sin que me de el sol nunca y hacer un golpe de calor, en el que hay una deshidratación muy rápida a nivel celular. Es grave -un bebé inclusive puede llegar a morir-, se produce hipertermia que es cuando se tiene temperatura muy muy alta, vómitos, náuseas, cefalea, irritabilidad. Está ligado al calor y la temperatura ambiente y no está relacionado con la hidratación. Los menores de 2 años y los viejitos son los más propensos a sufrir golpes de calor. Se previene arbitrando todos los medios para que en los momentos mas calurosos del día, estén en ambientes frescos y no al sol. Hay que tener en cuenta eso ir a la playa y a la pileta temprano y alrededor de las 10-11 de la mañana, irse y volver recién cuando baja el sol. 

Sin llegar a este extremo, los bebés menores de un año no deberían exponerse directamente al sol, jamás, ni siquiera en casa. Protector solar se puede colocar desde los 6 meses en adelante y tiene que ser protector solar para niños porque el que usamos los adultos tiene un mecanismo de protección que es químico y que actúa mas o menos a la media hora. En cambio, el de niños además tiene un derivado del platino que hace que funcione como un espejo y en el mismo momento que se lo ponés ya empieza a protegerlo y a los 30 minutos alcanza su poder máximo de protección. Con que tenga filtro 50 de protección es suficiente, ya que representa un 96-97 por ciento de bloqueo y el de 90 -que sale el doble- tiene una protección del 98-99 %. Casi no hay diferencia.

Respecto de la hidratación para enfrentar el calor, los bebés que solo se amamanta, teta a full y los que se alimenten, estar permanentemente ofreciendoles agua porque se olvidan de tomar o ingieren gaseosas o líquidos que no los hidratan en calidad, sino que les llenan la panza. Hay que estar mas atentos y no hay que permitirles tener sed, inclusive hay que estar permanentemente cambiando el agua que toman de las botellitas o los vasos para que sea fresca y porque los chicos regurgitan. Inclusive no pasa nada si comen hielo. Es refrescante y siempre recomendamos los heladitos de leche materna, los helados frutales (se hacen congelando la fruta y procesándola) que disfrazan un poco la hidratación.

¿Se puede reemplazar el protector solar?

No. Hay ropa con protección UV, como gorritos, remeritas manga larga, enteritos, que son ideales para los menores de 6 meses y que funcionan de complemento del protector solar para niños más grandes. Este tipo de prendas con tramas cerradas que son impermeables permiten mojarse y seguir protegidos. Pero hay que tener en cuenta que tienen vencimiento, entonces con los sucesivos lavados y el paso del tiempo van perdiendo su efecto. No hay que olvidarse que cada vez que el niño se moja hay que reforzar el protector solar. Si no se mete al agua, hay que reforzarlo cada 4 horas.


Por los componentes de los protectores, ¿hay que bañarse sí o sí para quitarlos?

Hay un tema con los parabenos, que son unos derivados del petróleo, que no serían tan felices. Pero en general, los dermatólogos, opinan que las cantidades que contienen no generan mayores problemas. Es mayor la protección que dan que las consecuencias. Diferente es con los repelentes: hay que sacarlos de la piel porque son insecticidas. 


¿Hay repelentes especiales para bebés?

Hay pero no sirven. No son efectivos. Estos son los derivados del aceite de citronela -vienen botoncitos, cremas, aerosoles- pero la Sociedad Argentina de Pediatría no los recomienda no porque sean malos o dañinos para el niño, sino que no lo alejan al bicho, igual les van a picar. Hay que usar el repelente tradicional, desde los 2 meses de vida, más ahora que hay una endemia de dengue, zika y chikungunya que no sólo son una picadura que hace una roncha sino que son enfermedades graves. Si bien el repelente actúa de inmediato, también hay que reforzarlo. No se sugiere su uso en la casa o para dormir, sino que se pone al salir al exterior. 

¿La arena es perjudicial?

Generalmente no, ni siquiera causa alergias. Y si la comen y la eliminan.

¿Qué pasa con el uso de cloro en las piletas?

En realidad el problema principal lo tienen los niños que son hipersensibles, porque generalmente en las concentraciones adecuadas no produce daño, inclusive si se toma ese agua, algo que ocurre muy a menudo. En las diluciones correctas, no debería afectar la piel.


¿Un bebé pequeño puede bañarse en la misma pileta con los adultos?

No hay mucha información pero es preferible que no, al menos si la pileta es pública. En una pileta doméstica uno sabe que líquidos le pone, cada cuánto se cambia el agua, pero en la pileta de un club no se puede controlar. En esos casos es preferible armar una de las piletitas inflables y llenarlas con agua tibia para que sea más amigable. Es el único modo de estar tranquilo porque el agua va a ser segura.


¿Cómo deberían ser los viajes con niños pequeños?

Viajes mas cortos sin lugar a dudas, parándose cada 2 ó 3 horas para permitir que se bajen, jueguen, se muevan. Hay que llevar sí o sí todos los sistemas de retención infantil: sillita, butaca, booster que es el asientito que los eleva para que el cinturón de seguridad vaya de hombro a cadera y cumpla su función y que se debería usar hasta los 10 años. No se recomiendan las almohaditas para el cuello de los niños -son con unas medialunas pequeñitas- ni tampoco unas vinchas o cintas que dan vuelta la butaca para que cuando los niños se duermen, no se les caiga la cabeza para adelante. Ambos elementos son peligrosísimos, pueden causar asfixia en un accidente. Aparte habría que llevar abundante hidratación, juegos y paciencia.

Para saber más

Virtuales, grabados o presenciales, en Nacer Embarazo y Maternidad no se toman receso de verano porque entienden que la crianza y el acompañamiento en la maternidad debe ser permanente, siempre. por eso los talleres continúan todo enero y febrero y son dictados por las doctoras Claudia Duano y Guadalupe Vega, también por Marta Hidalgo y la nutricionista Laura Alegre.


Lo que sigue es un cronograma de las próximas charlas para poder participar -para eso hay que inscribirse enviando un WhatssApp al 264 4562723 ó en el formulario que se encuentra en www.nacersanjuan.com.ar-: 


28/01 Cesárea y cuidados del abdomen y del suelo pélvico pre y post quirúrgico
04/02 El bebé de 0 a 2 años, sus necesidades: el apego.
11/02 Vuelta al trabajo fuera de casa y armado de stock de leche
25/02 Cesárea y cuidados de abdomen y del suelo pélvico
 Claudia Duano es quien está al frente de Nacer, la clínica especializada en Embarazo y Maternidad, ubicada en Mendoza 954 (sur).