¿Unos "tacos” de chocolate blanco con pintitas de chocolate amargo? ¿Una familia -como las de las calco para el auto- comestible? ¿Una maceta casera con pasto de chocolate en rama y rosas rellenas de pasta de banana y menta? ¿Corazones de chocolate blanco pintado a mano? ¿Un rico alhajero con forma de mariposa relleno de bombones? ¿Portaretratros para darle un mordiscón en lugar de lucir una foto?

No es magia -aunque el slogan de "Rulana”, el local 48 del Patio Alvear apele justamente a la posibilidad de "hacer magia con el chocolate”- es una tentación, a la vista y al paladar. Justamente en este lugar (ubicado en el mismo patio de comidas) se han propuesto hacer la forma en chocolate combinada con el relleno que el cliente pida. Toda una novedad especialmente para tener en cuenta si en casa hay mamás golosas (aunque la propuesta gastronómica bien puede adaptarse al gusto de papás, hijos, abuelos, tíos, parientes lejanos, amigos, vecinos, y todos los que quieran sumarse).

Wanda Polimeni, la dueña de esta "tienda de chocolates y dulzuras” -tal como la identifican- prefiere definir a los productos que ofrece sencillamente como "artesanías”. Y no se equivoca, ya que por sus manos más las de una maestra chocolatera y sus ayudantes, pasa no sólo el diseño de cada pieza de chocolate sino además la combinación de sabores. "Todo es casero y con materias primas de calidad. Tratamos de hacer lo que la gente pide y probamos tanto hasta que lo logramos pese a que tengamos que inventar moldes y mezclar tintas comestibles hasta obtener un color determinado”, asegura esta contadora que si bien probó suerte con otros oficios nunca imaginó estar al frente de una fábrica de golosinas hasta que su curiosidad y su olfato profesional la llevaron a detectar que había un nicho de mercado descubierto: el de la chocolatería artesanal, pese a la enorme preferencia de los sanjuaninos por esta delicia que tan sólo era satisfecha -hasta ahora- por negocios foráneos que traen productos envasados o ya enlatados.

"Nos hemos propuesto cumplir con los deseos del cliente pero también aseguramos que todos los bombones y formas de chocolate son frescas, caseras, están hechas en San Juan y están aprobadas por los organismos correspondientes, además las mantenemos a una temperatura constante tanto en fábrica como en góndola”, explica la nueva chocolatera (ya que hizo cursos en un instituto privado de gastronomía sobre el tema e investigó el rubro en algunos países del exterior que tuvo la posibilidad de conocer) sobre algunas de las muchas bondades de su emprendimiento.

En "Rulana” -nombre que se forma con la síntesis del nombre de los papás de Wanda- también se puede conseguir bombones rellenos de nutela (pasta de avellanas), praliné, coco, cerezas, pasta de maní, marroc, almendras, dulce de leche, pastas de limoncello, banana y menta. Además venden chocolate en rama, chocolate relleno de licor, nueces y almendras caramelizadas y chocolatadas, cascaritas de naranja almibaradas y chocolatadas, ciruelas, higos y pasas de uva chocolatadas. Otra opción son los bombones de fruta con gusto a frutilla, manzana, banana, naranja, ananá y limón.

Pero no es todo. Entre las últimas preparaciones logradas vale la pena enumerar las fondeau de chocolate que preparan con kiwi, banana, merengues, vainillas, bizcochuelo de chocolate, dulce de batata, queso y frutas de estación. Se pueden comer en el mismo patio de comidas (entregan todo en bandejas descartables y se sirven en cantidad como para disfrutar por dos personas) o en su defecto, se puede encargar para llevar a casa o regalar (entonces lo arman con un cacharro para derretir el chocolate, que queda de recuerdo). Mientras que en los próximos días incorporarán alfajores, malvaviscos y turrones de miel con almendras.

Cualquiera de estas opciones es un regalo más que especial y por supuesto original, ya que todos los productos se pueden personalizar con un "te amo”, un "feliz día mamá”, un "te quiero”, inclusive con el nombre del o la agasajada. De hecho, ¿a qué mamá no le va a gustar recibir un chocolate preparado para ella? En el local hay anécdotas que lo demuestren. "Un chico que le pidió matrimonio a su novia con una cartita y un anillo escondido en un corazón de chocolate, un matrimonio que brindó por un aniversario más en copas de chocolate en la que sirvieron licor y después se las comieron, entre decenas de pedidos singulares que nos hacen”, hace un racconto, Wanda, a modo de ejemplo de lo que son capaces de hacer para dejar con una sonrisa de emoción a quien reciba este regalo.