La mayoría de los alimentos viajan por mar en contenedores refrigerados, y la temperatura exacta durante el transporte y el almacenamiento es fundamental para garantizar la seguridad de los alimentos, ya sean bananas de Filipinas, manzanas de Nueva Zelanda o tocino de Dinamarca. Se insertan sensores de temperatura, también llamados sensores USDA, en los alimentos fríos o congelados, para monitorear y controlar las temperaturas durante el transporte desde el productor hasta el consumidor.


Normalmente, se colocan tres sensores en el contenedor refrigerado: uno en la parte delantera, otro en el medio y otro al final del contenedor. Colocar sensores en tres lugares diferentes del contenedor es necesario para mantener una medición precisa de la temperatura durante todo el transporte, asegurando que el producto no se exponga a un calor no deseado o a temperaturas inestables, que pueden afectar al desarrollo de bacterias o a peligros similares para la seguridad alimentaria.


En los tres primeros trimestres de 2020, Senmatic ha experimentado un aumento en la demanda de sensores USDA en comparación con el mismo período en 2019.


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