--ÚLTIMA NOTA--


A partir de mediados de la década del 2000, las primeras burbujas financieras empezaron a estallar. En 2008 las economías occidentales entraron en caída libre y se evitó el colapso por los fuertes paquetes de estímulos financieros impulsados por el gobierno. Esta primera crisis no fue gratis en términos generales, teniendo un fuerte impacto sobre el desempleo, la caída de las bolsas y la volatilidad de las monedas mundiales.

Los gobiernos se vieron obligados a intervenir. En China el gobierno inyectó un paquete de estímulos de más de 586.000 millones de dólares y en USA la inyección fue del orden de los 787.000 millones, la relación de Chimérica había sufrido su primera separación.

Como todos los conflictos de múltiples y variadas facetas la salida de Chimérica debería ser gradual; el desarrollo Chino con sus estadísticas de asombro, no está exento de problemas, su éxito económico tiene como consecuencia el incremento de los salarios promedios y la occidentalización de su economía tiende a dejar atrás la austeridad en el nivel de consumo de su población con la consecuente pérdida de su productividad laboral.

En paralelo a esto, sus bajas tasas de natalidad e inmigración hacen que la edad media del pueblo chino suba rápidamente, estimándose que a mediados de este siglo los gastos previsionales y sanitarios chinos superen a los de Estados Unidos.

La brecha entre los pueblos en este sentido es enorme, se estima que en 2040 a pesar de la triplicación del ingreso de los operarios chinos, estos seguirán ganando 1/3 de lo que gana un operario estadounidense.

Las suposiciones y escenarios del fin de Chimérica son múltiples y diversos con consecuencias geopolíticas difíciles de calcular. Algunos sostienen que cumpliendo el viejo principio de subdivisión del trabajo, la supremacía estadounidense en tecnológica, informática, comunicaciones, biogenética y nanotecnología entre otras, será la clave de un liderazgo pacífico y consensuado en términos comerciales. El potencial armamentista estadounidense avala y garantiza sus teorías.

El destino de esta simbiosis de Chimérica es confuso e inquietante. Argentina como participante activa de esta relación geopolítica mundial se debe a la tarea de instrumentar políticas económicas que le permitan salir indemne o en el peor de los casos con escasas secuelas de esta crisis.
 
(*) Contador Público Nacional.