Esta semana se pagaron $ 45, también 47 y hasta 50 pesos por una bolsa rejilla roja de cebolla tardía, de las variedades tradicionales que se cultivan en San Juan. Y es un valor importante, y reconforta algo a los agricultores, pero lo malo es la gran escasez de este bulbo, que está en su punto final de ciclo largo.
La clásica Valcatorce INTA, o Val 14, o Sintética y la Grano de Oro, todas materiales de buena conservación, fueron subiendo de valor a medida que el año avanzaba, como suele suceder todos los años. Pero el inconveniente fué la poca superficie cultivada de esta familia hortícola, debido a un conjunto de variables: malos precios en los años anteriores, escasez hídrica en las zonas de cultivo, el marcado aumento de los insumos elementales como el gas oil, los fertilizantes y herbicidas, la baja presencia de mano de obra para las atareas principales como el arrancado, el embolsado y en el inicio el transplante mismo.
Hubo una escala de precios oscilante y variable, que comenzó cercano a los $ 11, luego 13, 17, 19, subió a $ 31 la bolsa, bajó bruscamente, luego ascendió hasta los $ 35, llegó a los 38 y finalmente a los $ 42 hace una semana. Ahora trepó a valores cercanos a los $ 50.
Para los agricultores no es un valor para descartar, pero saben que no hay existencia masiva de esta verdura y ese es el problema. El otro problema, por ejemplo en Jáchal, es el bajo rendimiento que se logra. Antes se obtenían 1.500 bolsas por hectárea y más también y actualmente sólo llegan a 1.100 ó 1.200. Como se viene de una cadena de años malos, no se fertiliza bien y a veces no se hacen los controles necesarios con herbicidas, por no tener el dinero disponible al momento de la necesidad.
Otros sitios, como el sur bonaerense (foto), en Buratovich, Pedro Luro, Hilario Ascasubi, Bahía Blanca, se armaron galpones y hay seleccionadoras y clasificadoras por tamaño, y se tecnificó el negocio.
