Los investigadores del IFAPA La Mojonera, José Ignacio Marín-Guirao y Miguel de Cara, quienes trabajan en el proyecto Best4Soil, han confirmado que los suelos agrícolas que trabajan especialmente el monocultivo de manera intensiva, un patrón que se cumple en su mayoría en la provincia de Almería, están presentando los primeros problemas derivados de fatiga. De acuerdo con los expertos, en los sistemas de producción agrícola resulta de gran relevancia percibir el suelo cultivado como un ecosistema complejo, que presenta unas características propias, y en el que se producen una serie de procesos fundamentales de los que dependerá en gran medida la salud y la fertilidad del mismo que son mediados, esencialmente, por el componente biótico, y especialmente por los microorganismos edáficos. sí, la salud del suelo estará principalmente determinada por las características o atributos ecológicos del medio edáfico y, en consecuencia, relacionada íntimamente con su capacidad de resiliencia. Desde el punto de vista de la sanidad vegetal, la infestación de un suelo por agentes patógenos es considerada una perturbación biológica del mismo, siendo la supresividad del suelo, es decir, su capacidad para suprimir la manifestación de esos patógenos, una propiedad con carácter biológico que puede implicar a una o varias especies microbianas, lo que apoya la concepción del suelo como un "ente vivo".
Según diariodealmeria.es, hay que aplicar nuevas prácticas que ayuden a la mejora de la salud de los suelos, se enmarca el proyecto Best4Soil. En él participan expertos en salud de suelos agrícolas de 20 países europeos. Comenzó en noviembre de 2018 y se encuentra ahora en la fase de creación de hojas divulgativas, bases de datos, videos y actividades en red para promover el conocimiento de las mejores prácticas de manejo de los suelos agrícolas con las que lograr una salud óptima. Entre dichas prácticas figuran las rotaciones de cultivos, el empleo de enmiendas orgánicas, el compostaje/vermicompostaje, el uso de abonos verdes y las cubiertas vegetales, como prácticas preventivas, mientras que como prácticas de control, se promueve la biofumigación, la (bio)solarización, y la desinfección anaeróbica de suelos.