Es muy común observar en la ciudad de Capital de San Juan y otros departamentos del periurbano sanjuanino establecimientos comerciales, empresas de servicios y también emprendimientos inmobiliarios que erradican con o sin autorización el arbolado público de sus frentes a fin de lograr una mayor exposición sin siquiera consultar o pensar sistemas de conducción -poda- que posibiliten una convivencia. Muchos vecinos, molestos por la usuparción de sus sombras, proponen tasas onerosas para quienes erradiquen ejemplares en un desierto como el nuestro y beneficios, para quienes concreten su soto.

