Este invierno ha sido atípico ya que no tuvimos muchos días de frío y esto incide en la naturaleza. Los vientos zondas típicos de la temporada han cometido estragos con caída de árboles, roturas en arbustos y sequedad extrema en el suelo. Por lo tanto, es hora de mucho trabajo y observación en nuestro espacio exterior. Pero a la naturaleza nada la detiene y vemos el verde tierno de los brotes por doquier en casi todas las especies vegetales. Otras especies muestran sus flores, como los exquisitos azahares de los citrus, algunos lirios y narcisos, la flor del pájaro sublime y erecta, las glicinas embriagan pórticos y paredes, y así podemos continuar marcando las plantas que muestran todo su belleza y aroma. Por lo tanto a medida que el clima nos permita, elaboramos una lista de las tareas que no puedes saltear antes que lleguen los calores extremos. 


Abonar las plantas

Asegurar que el suelo tenga todo lo que tus plantas necesitan es vital en todo momento, pero lo es aún más durante la primavera. Con el tiempo el sustrato del jardín o de tus macetas se empobrece. Antes de que sus habitantes inicien su periodo vegetativo sería el mejor momento para abonar el terreno. Si no lo has hecho aún, no esperes más. Puedes aportar una mezcla rica en materia orgánica o algo de humus de lombriz e incorporarlo al suelo removiendo con la azada. Hazlo con cuidado de no romper las raíces, sin duda harás muy felices a tus plantas. 

Los fertilizantes químicos también pueden ser de gran ayuda. Los compuestos granulados de lenta liberación tienen una cantidad equilibrada de nitrógeno, fósforo, potasio y algunos micronutrientes que evitarán carencias en las plantas por un par de meses. Deberás aplicarlos una vez por mes, no tan a menudo como los formulados líquidos. Lo interesante de los abonos líquidos es que al permitirte añadirlos al agua de riego son de fácil asimilación para las plantas, característica compartida con los productos de absorción foliar. Esta propiedad facilita la rápida recuperación de aquellos cultivos que muestran alguna carencia. Para las plantas de flor existen abonos especiales con mayor proporción de fósforo y potasio que de nitrógeno, facilitando así la floración. También hay fertilizantes adaptados para plantas acidófilas que evitan subir el pH del suelo, y muchos otros productos que seguro que cumplirán con alguna de tus necesidades. Al final lo importante es que a tus vegetales no les falten los nutrientes que puedan necesitar para su correcto desarrollo. Recuerda que tener las plantas fuertes es una garantía ante plagas y enfermedades. Por supuesto, que debes respetar siempre las dosis indicadas en el producto. En todo caso mejor quedarse corto antes de que se te vaya la mano, podrías quemar las raíces.
 

Plantar o trasplantar

Si necesitas renovar algunas zonas del jardín no esperes a que lleguen las altas temperaturas para ponerte manos a la obra. La primavera y el otoño te brindan las mejores condiciones posibles: es cuando las plantas están más activas facilitando el enraizamiento. Además, la benevolencia del clima dará tiempo a que las raíces se acomoden a su nuevo hogar sin el riesgo de la deshidratación. No olvides nunca que es obligatorio regar cuando acabes esta tarea. Por las mismas razones, si fuera necesario, es una buena oportunidad para acomodar nuestras plantas en otro recipiente de mayores dimensiones. Si tu planta lleva algunos años en el misma maceta y se le han quedado pequeños los zapatos, aprovecha para realizar el trasplante antes de que llegue el calor.

Reproducir las plantas

El inicio de la primavera también es la ocasión perfecta para sembrar esas semillas que tienes guardadas. Si te preguntabas cuándo hacerlo, el momento ha llegado. Utiliza cualquier recipiente pequeño: macetas, bandejas o incluso hueveras de cartón y rellénalos con un sustrato apropiado que retenga cierto grado de humedad. Esparce las semillas con cuidado y cúbrelas ligeramente con el mismo sustrato. A continuación, pulveriza con agua. Debes mantenerlas bien hidratadas y a la sombra para que germinen. Continúa regando con cierta frecuencia hasta que las plántulas tengan sus raíces bien formadas. Pasado un tiempo puedes trasladar los plántulas a un lugar mejor iluminado y reducir la dosis de agua.

Hay algunas semillas, como por ejemplo las del cerezo, que son especialmente difíciles de germinar. Para conseguirlo se deben hacer reposar antes en el frigorífico al menos dos meses. Este proceso es conocido como "estratificación". La reproducción por esqueje es más sencilla y tiene la ventaja de que conseguirás plantas genéticamente idénticas a la original. Si estás especialmente orgulloso de algún ejemplar, este es el método a utilizar.

Los meses de primavera y otoño son también los más indicados para esta técnica. 


Resiembra del césped

Si en el césped del jardín tienes alguna zona poco densa o huecos, aprovecha para solucionarlo. En este caso la mezcla de semillas de césped se esparce directamente sobre el terreno. Pero antes tendrás que preparar el suelo:

* Ahueca ligeramente la zona con una azada y nivela después con el rastrillo.

* Si fuera necesario, retira las piedras o restos vegetales e incorpora algo de materia orgánica.

* Tras tirar las semillas a voleo cúbrelas ligeramente con algo de sustrato.

* Es conveniente compactar un poco la zona de la resiembra; puedes hacerlo incluso pisando con el pie.

* Al igual que en la plantación, no olvides regar al finalizar.

Si en el proceso todo ha ido bien, empezarás a ver los nuevos brotes a partir de las dos semanas desde la siembra. Durante este tiempo los riegos tienen que ser cortos y frecuentes. Sería buena idea que indagaras igualmente sobre las causas de esos "claros" para que no vuelvan a repetirse.


Revisar el riego automático

Una de las posibles razones de las zonas calvas de césped puede ser la de un sistema de riego en malas condiciones. Un aspersor o difusor obstruido puede suponer la merma en la cubierta vegetal. Con la llegada del buen tiempo, las plantas requieren reponer las pérdidas de agua por la transpiración de sus hojas cada vez con más frecuencia, por lo tanto el riego se hace indispensable. El encargado de automatizar este proceso y de hacerte la vida más fácil es tu sistema de riego. Examínalo al inicio de la temporada para asegurarte de que todo esté correcto y evitar disgustos.


¿Qué debes mirar?

- Revisa el programador y adapta el programa a las nuevas condiciones.

- Comprueba y limpia si procede aspersores o difusores.

- Asegúrate de que la distribución de los aspersores o difusores sea la correcta y modifícala si fuera necesario.

- Ajusta el radio y la distancia de riego de aspersores y difusores. Toda la superficie debe quedar mojada al menos por dos emisores.

- Verifica las líneas de goteo de jardineras y parterres, si las hubiera, para que nada quede sin agua.¸·<