"La tierra de diatomea es un producto natural en polvo, formado por resto de algas unicelulares fosilizadas extraídas de nuestra pre cordillera y se procesa como un mineral', señala el ingeniero Eduardo Dománico elaborador de Diatomid.


"A los efectos prácticos una diatomea se puede ver en un microscopio como una estrella o esponja de sílice de 50 a 80 micrones', indica el empresario minero agregando: "Esta formación le da un gran poder higroscópico a este polvo como principal característica. Ser un material sumamente absorbente, que toma hasta 8 veces su peso en líquidos de cualquier tipo'.


"En agricultura se usa como insecticida mecánico, adhiriéndose, lastimando y deshidratando a los insectos en general. Además, posibilita un uso muy interesante para la prevención y control de hongos y enfermedades. Actúa como fungistático, por esta característica o propiedad de absorción del agua, facilitando, sin eliminar los hongos, llegar a reducir sustancialmente las condiciones favorables a la proliferación de hongos; como lo es la humedad", explica el ingeniero.


"Cuando se aplica este producto ya sea espolvoreado o pulverizado, se genera alrededor de los frutos y brotes un ambiente seco, absorbiendo la humedad circundante y controlando así la flora fúngica". Y suma: "Es un material cicatrizante, de tal manera que elimina las microheridas de frutos, tallos y hojas provocadas por ramaleo, lluvias fuertes o granizo; evitando que ingresen a los frutos algún complejo de hongos y así evitar las futuras podredumbres".


"En cuanto a las dosis recomendadas van desde los 5 kilogramos por hectárea tanto para el uso preventivo y en uva de mesa y pasa suele ventilarse para su espolvoreo con otros productos sin problemas', comenta Dománico.


Finalmente indica: "Es un producto muy económico ya que en su dosis máxima por hectárea no supera los $500 y por ello es importante recomendar a los agricultores adquirir productos registrados en Senasa'.