Desde hace un tiempo las más importantes noticias internacionales responden al conflicto que existe en Egipto, donde gran parte de la población salió a manifestarse contra el sistema de gobierno de su ex líder Hosni Mubarak, quien estuvo 30 años en el poder y recientemente decidió renunciar por las presiones. Los enfrentamientos entre los opositores (organizaciones civiles y la Hermandad Musulmana) y los que apoyan al régimen de Mubarak dejaron un gran saldo de muertos, heridos y detenidos. Sin embargo, nadie iba a pensar que dicho conflicto podría llegar a ocasionar una gran alteración en la industria petrolera mundial. Esto se debe a que los inversores justificaron su pánico con una posible diseminación del conflicto egipcio sobre otros importantes países productores de petróleo del norte del continente africano, que mantiene el precio del crudo por encima de los 102 dólares, su valor más alto en los últimos dos años. El valor del oro negro se disparó cuando comenzaron a circular las especulaciones de una posible clausura del Canal de Suez, la más importante vía de comunicación entre el norte africano, Europa y Asia.

Por dicho canal, circula alrededor de un millón de barriles de petróleo por día. Pero a pesar de la tensión por el reclamo de la renuncia de Mubarak, que ya causó varios centenares de muertes, el Canal de Suez funciona con normalidad. No obstante, los inversores temen que el conflicto se disemine en otros países de la región que poseen un rol fundamental en el abastecimiento petrolero mundial, generando una escasez.

“El problema no es Egipto en sí como país productor de petróleo, sino Egipto como estabilizador de toda la región. El riesgo de un aumento de la tensión y de un potencial contagio al resto de las naciones que conforman la región es lo que genera la tensión en el mercado”, comentó recientemente a la prensa internacional Jean Louis Schilanski, máximo responsable de la Unión de la Industria Francesa del Petróleo. Mientras que los analistas de Credit Suisse citados por la agencia Reuters dijeron que el riesgo para los precios continuaría “sesgado al alza”, siempre que la tensión se mantenga.

El famoso Canal de Suez es una vía artificial de navegación que une el mar Mediterráneo con el mar Rojo, entre África y Asia, a través del istmo de Suez, de la península del Sinaí. El canal se encuentra en territorio de Egipto y su longitud es de 163 kilómetros entre Puerto Saíd (en la ribera mediterránea) y Suez (en la costa del mar Rojo). El gran beneficio que procuró dicho canal fue acortar la ruta del comercio marítimo entre Europa y el sur de Asia, pues evita tener que rodear todo el continente africano. La construcción del canal de Suez llevó diez años y marcó un hito en la historia de la tecnología ya que, por primera vez, emplearon máquinas de excavación especialmente diseñadas para estas obras, con rendimientos desconocidos hasta esa época. En algo más de dos años excavaron más de 50 millones de metros cúbicos, de los 75 millones del total de la megaobra egipcia.