Para la apertura de temporada 2015 del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson no se escatimaron esfuerzos de producción. Desde la llegada del Colectivo Artístico Mondongo, pasando por Eduardo Iglesias Brickles (Ver nota aparte), hasta la excepcional muestra de la artista local Eneida Roso que arribó a la sala 3 con una serie de esculturas seleccionadas por Alberto Sánches quien tuvo a su cargo la curaduría.
La escultora sanjuanina que expone más de 20 obras realizadas en diferentes materiales tales como metal y piedra, es profesora de Artes Plásticas egresada de la Universidad Nacional de Cuyo y Magíster en Artes Visuales de la Universidad Nacional de Chile.
Enedia es una reconocida artista sanjuanina que trabaja con materiales de alto impacto cultural e histórico para la provincia, pero con la seducción de haber sido trabajados con su propio lenguaje.
Virginia Agote, directora del Museo, expresó que "aunque no pretende ser una exposición antológica, se pueden ver trabajos anteriores al 2000, lo que nos permite tomar contacto con algunos antecedentes y búsquedas de la artista. Esas búsquedas son complejas, ya que concentran una gran capacidad técnica que está acompañada siempre de una profunda reflexión sobre temas que si bien abrevan en formas orgánicas, rozan la abstracción y a veces la poética del objet trouve".
Así la Sala 3 ha tomado una dimensión diferente debido al trabajo que la misma artista realizó para exhibir cada una de sus obras. Quien ingresa allí hace un recorrido por cada pieza pasando de la piedra al metal, incluso un autorretrato.
Un caso particular es el de la serie "Mariquitas", un gran número de piezas de metal apoyadas en una de sus paredes que producen un gran choque visual, a lo que Agote denomina "al modo de una colonia de insectos".
También se puede observar un pequeño autorretrato en terracota y un relieve en chapa batida junto a obras de su producción.
"En muchas de ellas, se puede rastrear uno de los grandes temas de la artista: el plegado de las superficies y volúmenes, en la que lleva años de intensa búsqueda. El pliegue es una de las figuras preferidas del barroco, y puede verse como una forma de encerrar el infinito en la materialidad de estas esculturas. En esta exposición se concilian la excelencia técnica con su particular vuelo poético, constituyendo una obra que nos provoca y enriquece en cada mirada", indica la directora del Museo.

