Muchas veces por falta de quorum, por prejuicios y hasta sin tener mayores argumentos, cuando se planifica un viaje difícilmente se incluya una visita a esos sitios donde la política, sus protagonistas y la historia electoral tengan un despliegue que no sólo invite a hacer un repaso por la memoria, sino muchas veces a tomar posturas, cuestionarse y tener ganas de seguir averiguando por los sucesos que perfilaron el devenir del país. Salvo que sea alguien relacionado con el mundillo de los partidos políticos, un militante o un estudioso de la materia, el viajero común y corriente los descarta. Sin embargo, hay algunos espacios con un caudal tan rico de material documental y de objetos patrimoniales de los hombres que han marcado el camino del poder que se convierten en verdaderas oportunidades para aprender por qué los argentinos estamos cómo estamos. Justamente hoy 10 de diciembre, a 40 años de la asunción del gobierno de Raúl Ricardo Alfonsín, el presidente que marcó el camino del retorno de la democracia luego de un período muy difícil y doloroso para la Argentina, no sólo como forma de gobierno sino como modo de vida ciudadana, de participación popular y defensa de los derechos de todas las personas que habitamos este país, recorrer alguno de estos lugares sería un paseo ideal. 

Uno de estos espacios es el Museo del Bicentenario -nacido el 24 de mayo de 2011-, la continuación mejorada del museo que supo tener la Casa Rosada. Es una dependencia de Presidencia de la Nación y se lo considera parte del complejo histórico formado por la Casa Rosada, la Plaza Colón y la Reja Federal. Está enclavado justamente donde estaba el Fuerte de Buenos Aires y la Aduana Taylor (que se situaba detrás del edificio del Fuerte y sobre terrenos ganados al Río de la Plata y en el museo puede apreciarse parte del piso original, paredes, rejas, vidrios, cerámicas, huesos y trozos de metal de esa época, además de material multimedia que recrea el pasado).

En un espacio de 5.000 metros cuadrados y una disposición bajo tierra, presenta en galerías abovedadas diferentes aspectos que recorren la historia argentina, desde inicios del siglo XIX hasta la actualidad. El museo posee una variada colección de 12.000 piezas, entre las que se destacan documentos, textiles, mobiliario, obras de arte nacional e internacional, medallística y artes decorativas. Además, cuenta con objetos que pertenecieron a algunos de los presidentes argentinos, ya sean elementos referidos a sus gestiones de gobierno pero también a sus vidas privadas: desde las bandas presidenciales y bastones de mando (NDR: un dato curioso fue que el sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento el primer presidente en asumir en ceremonia protocolar con la banda y el bastón como símbolo de poder) de Julio A. Roca, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de La Plaza, Marcelo T. de Alvear, Edelmiro J. Farrel, José María Guido, Alfonsín y Fernando De La Rúa hasta urnas, fotografías, votos y fundamentalmente esas piezas que fueron importantes para cada uno: el sillón presidencial de Santiago Derqui, el secreter de Sarmiento, los anteojos de Arturo Frondizi, el poncho de Hipólito Yrigoyen, un traje de gala de Carlos Saúl Menem, una campera de gamuza de Fernando De La Rúa y un par de mocasines de Néstor Kirchner.

Allí no sólo se resguarda el famoso Cadillac Serie 62 – Coupé convertible Modelo 1955 que compró Juan Domingo Perón para ser usado como vehículo oficial y que paradójicamente nunca utilizó. Si en cambio, este convertible -equipado con todos los elementos de confort disponibles en la época, con un motor OHV-8 y caja automática de 4 marchas, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 170 km/h- fue el automóvil que trasladó a otros presidentes argentinos como Arturo Frondizi, Raúl Alfonsín y Carlos Menem, aparte de transportar a figuras emblemáticas internacionales, entre los que se otros los presidentes Dwight Eisenhower (EEUU), Charles De Gaulle (Francia), el primer ministro de Italia Giovanni Gronchi, el príncipe Felipe de Edimburgo y el cardenal Fernando Cento. Se decía que Milei lo utilizaría hoy, sin embargo, desistió y prefirió que quede en su sitial de honor en el museo. No es el único vehículo que se atesora.

Como parte de la muestra permanente, en el centro del Patio de Maniobras se encuentra Ejercicio Plástico, obra cumbre del arte latinoamericano realizada en 1933 por el artista mexicano David Alfaro Siqueiros, junto a los argentinos Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino y Lino Enea Spilimbergo, y el uruguayo Enrique Lázaro. Pintado originalmente en el sótano de una quinta de la localidad de Don Torcuato, provincia de Buenos Aires, estuvo guardado de manera precaria en contenedores por más de 16 años hasta su recuperación y restauración por parte del Estado nacional, en directa cooperación con el gobierno mexicano.

Se puede visitar viernes, sábados y domingos (en Avenida Paseo Colón 100, Ciudad de Buenos Aires, detrás de la Casa Rosada) de 10 a 17.30 horas, con entrada libre y gratuita. Vale la pena.

 

> Otros espacios políticos

* En Chascomús, a metros de la plaza Independencia, la casa que habitó el ex presidente Raúl Alfonsín con su familia -desde fines de la década del "50 cuando se casó con María Lorenza Barreneche hasta 1976- ahora es Casa Laurel, un original hotel boutique que conserva la fachada original y algunos espacios históricos.

El alojamiento -que no pertenece a la familia- tiene 13 suites pero quizás lo más interesante es alojarse en la suite presidencial que no es ni más ni menos que el cuarto del mismísimo "padre de la democracia". La característica de esta habitación es que su remite a esa época, aunque los muebles no son los del ex presidente sí hay algunos de sus objetos, entre los que se puede reconocer el poncho y la campera que usó para la campaña de 1983, un diario con la crónica de la victoria radical en la primera plana y la boleta de esas elecciones históricas. Es que fue su espacio de trabajo diario, tanto como abogado o como político por eso se conservó como lugar evocativo. El hotel -que conserva aberturas de madera, bibliotecas, algunas luminarias, muebles empotrados- está signado por el buen gusto y la hospitalidad. También tiene un restó que invita a adentrarse a este capítulo de la historia.

 

*En la ciudad de Resistencia se emplaza el Parque Urbano de la Democracia y la Juventud que si bien no ha tenido hasta este año mucha ligazón con la historia política del país, sí se ha convertido en un espacio ideal para la recreación, el deporte y fundamentalmente el encuentro de los más jóvenes. De todos modos en este predio de 22 hectáreas, situado en la Avenida Sarmiento, el acceso principal de la capital chaqueña, se inauguró recientemente el "Paseo de los Justos" y un memorial con un monumento y la plantación de 100 árboles, como un sitio que invita a la reflexión sobre crímenes de lesa humanidad: desde el genocidio contra el pueblo judío perpetrado por los nazis, la masacre de Napapí contra las comunidades originarias y los crímenes de la dictadura militar.

 

*El Museo Internacional para la Democracia, en Rosario, es un proyecto cultural plural e inclusivo que plantea muchos de los dilemas de la democracia en la escena contemporánea. Está ligado a la Fundación para la Democracia y desde que abrió sus puertas en abril de 2019- es sede la de Federación Internacional de Museos de Derechos Humanos de Latinoamérica. Funciona en el Palacio Fuentes, un hito de la arquitectura de la ciudad porque fue el primer edificio con estructura de hormigón armado de Rosario. Un detalle que no es menor es que es el primer museo privado de esta temática en el mundo. Tiene una colección de más de 1000 piezas desde la época colonial hasta la actualidad (como la faja de los federales de color rojo intenso, casco y mochila usados en la Guerra de Malvinas, una bandera argentina firmada por todos los presidentes argentinos desde 1983, entre otros).