La Alcaldía de Zipaquirá, Colombia, puso en marcha un proyecto para la instalación de un spa en el interior de la Catedral de Sal del lugar. Será para el tratamiento de afecciones respiratorias y con ello, potenciar el lugar como atractivo turístico. El año pasado, CUYO MINERO publicó una extensa nota sobre esta antigua y peculiar Catedral, que fuera construida en el interior de una mina de sal por mineros de la zona. De hecho su capellán, el prebístero Guillermo Martín, envió en la oportunidad y desde Colombia, una bendición para los trabajadores mineros sanjuaninos. En esta ocasión, el costado religioso del lugar se amplía a otro vinculado con la medicina alternativa.
Según medios locales como El Espectador y Diario El Tiempo, ya iniciaron obras para construir un complejo de cámaras en las que un grupo interdisciplinar de profesionales de la salud, integrado por neumólogos y fisioterapeutas, realizarán terapias respiratorias y ejercicios a los pacientes que sufran de asma o presenten congestión en sus vías respiratorias.
Se trata de obras de adaptación del terreno cuyo costo es cercano a los $10.000 millones (en moneda colombiana), lo que implica entre otros aspectos, adecuar 600 metros de túnel como vía, para que pacientes de mayor cuidado puedan ingresar en un medio de transporte.
La idea de instalar el spa o centro de tratamiento de terapias respiratorias, surgió a partir de la experiencia de la mina de sal de Wieliczka, ubicada al sur de Polonia, en cuyo interior funciona un sanatorio al que cientos de personas acuden para beneficiarse de las supuestas bondades terapéuticas de la sal.
Estos tratamientos basados en los beneficios de la sal comenzaron en la ciudad de Wieliczka en 1826, cuando el médico Feliks Boczkowski creó el primer centro salino en donde mediante baños de sal, decía curar más de 30 males diferentes entre los que figuraban el asma y el agotamiento.
Las terapias terminaron cuando Boczkowski murió en 1855 y sólo se reanudaron un siglo después con la apertura del sanatorio en la mina de sal. La neumóloga Marta Rzepecka, una de las médicas que avala este tratamiento, aseguró en una entrevista al periódico Reforma de México, que la medicación y rehabilitación en una mina de sal puede hacer que enfermedades como el asma entren en una fase de remisión, es decir, “en un período sin síntomas en el que los pacientes se sienten mejor y tienen mayor calidad de vida” dijo la experta.
Si bien hasta el momento no se conocen estudios científicos que avalen las propiedades terapéuticas de la sal en la salud, en Polonia hay evidencias de mejoría y alivio entre quienes sufren afecciones respitarorias. Aún así, este tipo de prácticas quedan enmarcadas dentro de lo que se conoce como terapias alternativas y por el momento no constan de respaldo por parte de la medicina formal.
María del Pilar Gonzaléz, asesora de la Alcaldía de Zipaquirá, presentó en mayo de este año una investigación en la Escuela de Investigación de Negocios de ese país, para su posgrado en Gerencia de Proyectos. En ella González profundiza sobre los diversos servicios que eventualmente pueden ofrecerse en el spa medicinal y sus bondades. Es el caso de baños turcos, baños árabes, baños de vapor, masaje sub acuático, oxigenación, terma romana y otros.
En todos los casos, amplía en beneficios vinculados al bienestar y la mejora estética. “Si bien el concepto ya se conoce en otros países, en el caso de Colombia se convierte en
una innovación, tanto para el mercado como para el consumidor, por eso es de esperar que
después del exigente montaje, este lugar se convierta en un producto de alto consumo como
resultado del valor agregado que representa asistir a los tratamientos que ofrece un spa medicinal”, explica González en su investigación.
Actualmente el turismo de Zipaquirá es en predominio religioso, con gran afluencia de visitantes en Semana Santa y fiestas patronales. La concreción de esta nueva propuesta permitirá diversificar la oferta turística existente y ampliar las posibilidades a un nuevo tipo de público.

