La clavelina pertenece al género Dianthus, de la familia Caryophyllaceae. Comprende gran cantidad de especies asiáticas y europeas. Es pariente directa del clavel, planta perennifolia cespitosa, de hojas alargadas de un tono verde grisáceo. No sobrepasa los 25cm de altura y florece siempre que la temperatura sea agradable. Las flores son de tamaño mediano, simples o dobles, de colores variados pero siempre dentro de la gama del rojo, rosa, blanco y violáceo, a veces con una mezcla de ellos en el mismo ejemplar. Es resistente a las plagas y de fácil cultivo, por ello se recomienda para los jardines en grandes macizos, además porque protege su entorno de malezas. Una vez en tierra, con sustrato ligero (partes iguales de tierra negra, humus y arena), las semillas sólo tardan dos semanas en germinar, conviene sembrar a comienzos de la primavera y florecerá hasta fines del verano. Si se decide multiplicarlas por esqueje hay que ponerlas a la sombra. También se logran más ejemplares por división de matas. Es apta para el cultivo en macetas, en este caso agregaremos a la tierra una parte de turba y pondremos una capa de leca sobre el orificio de drenaje. No necesita mucho riego, sólo ver que la tierra permanezca húmeda. Si en verano estuvieran expuestas a luz solar fuerte, durante gran parte del día, duplicar el riego. Como abono utilizar polvo de huesos. Es conveniente protegerla de las heladas.

Las variedades de más uso son: Dianthus deltoides, Dianthus chilensis y Dianthus barbatus.