Celina Castro de Ahún y Alejandra Lloveras de Claudeville son las propietarias de Estudio Uno. Felicidad, alegría y recuerdos las agolpan al cumplir su 30 aniversario, dedicadas a la enseñanza de danzas clásicas en San Juan.

Las dos son profesoras de danza y fueron bailarinas desde pequeñas, por lo tanto llevan en la sangre el clásico. Una vida de trabajo, satisfacción y dedicación a lo que más aman que es la danza. Ambas instruidas en otras modalidades y con un gran bagaje de conocimientos escenográficos y coreográficos. El prestigio de su estudio se debe al tesón y búsqueda permanente de nuevos rumbos para lograr estar a tono con los mejores niveles de la danza tanto a nivel nacional como internacional.

En su charla con Revista Oh! cuentan con orgullo, "Nuestra gran maestra fue Nebita Alladio, la creadora del primer ballet de cámara de la provincia, ella nos inculcó los lineamientos de conducta, exigencia y respeto por lo que hacíamos. Hoy todavía la tenemos presente en todo lo que realizamos, una gran profesora que a pesar de pasar años lo esencial es su legado.

Al cabo de 3º años Estudio Uno, continúan diciendo, nos dio muchas satisfacciones, a los 10 años de haber estado en la provincia como una escuela de danza, logramos que alumnas pudieran concretar su sueño entrando a compañías importantes de Buenos Aires, como la de Julio Bocca y el Teatro San Martín.

El resultado profesional era lo que siempre buscamos las dos, fruto del esfuerzo de tantos años, desde los comienzos siendo pequeñas hasta hoy, llegando a ser uno de los estudios más importantes de la provincia y con gran reconocimiento nacional. Mucho trabajo, concursos, intervenciones con grandes maestros de la danza clásica a nivel nacional como, Raúl Candal, Silvia Basilis, Estela Erman, entre otros, para brindarles a las alumnas el nivel de la danza de nuestro tiempo. Si bien la danza clásica es la misma, Celina y Alejandra comentan, la enseñanza cambio con nuevas modalidades y técnicas de aprendizaje, evoluciona junto con la vida y esto significa estar en permanente búsqueda de lo nuevo. Por ello la formación que les brindamos es integral, no solo es técnica sino que además cuentan con talleres teóricos como escenografía, coreografía, historia de la danza, francés, música, anatomía, etc. Se requiere de muchas horas de estudio para quien elige la danza, una dedicación con disciplina para alcanzar los logros.

Victoria Balanza, es una bailarina que marcó nuestro estudio. Ella fue una de las alumnas fundadoras que eligió esto como carrera. Significó mucha preparación, viajes y continuas audiciones en Buenos Aires. Hasta que dispuesta a realizar su última audición, después de intentar varias veces, quedó seleccionada para integrar el ballet de Julio Bocca. Allí integró el ballet durante 15 años y hoy es la primera bailarina del Teatro San Martín, cuentan con orgullo Celina y Alejandra. Otro chico que se desarrolló como profesional en la danza es Federico Luna, hoy está integrando el ballet de Cecilia Figaredo. Y, otros chicos o chicas están en la Universidad Nacional de las Artes. Entre cinco a seis chicos estudian en la escuela del Teatro San Martín. Por eso trabajamos duro para ser puente de formación de grandes figuras. Estamos esperando que San Juan pueda ser un centro en todas las artes, ya que nuestra provincia tiene mucha repercusión en diferentes danzas. Todo lo que se expresa a través del movimiento con el cuerpo es de gran valor, por eso encontramos muchas fusiones con otras danzas y nosotros nos adaptamos, por ejemplo contemporáneo y clásico, o con flamenco, español, etc.

La evolución como profesoras del Estudio tuvo que ir a la par de la vida, por ello comprometemos a la familia en la formación de los alumnos, esto no se trata de un fast food, es decir que lo conseguimos en forma inmediata; es una conducta que lleva esfuerzo, disciplina y trabajo diario. Un sistema de vida que se elige, como cualquier chico elige un deporte de su gusto. Un gran bailarín se perfila desde chico como son en otros ámbitos, por ejemplo el fútbol. La danza es un gran espejo de lo que vive el chico en su hogar, por lo tanto insistimos en la familia, esto se refleja en su rendimiento, en su cara y espíritu. La relación del estudio con los padres es un vínculo muy cercano, para apuntalar al alumno. Hoy nos toca convivir con ciertos problemáticas que abordamos con charlas especiales de bulimia, anorexia y otros más. Pero fundamentalmente trabajamos la disciplina, que no solo la requiere la danza clásica, sino que también se necesita en la vida cotidiana", finalizan Alejandra y Celina.