Si es por darse el gusto a la hora de los postres, entonces que sea a lo grande. Porque también hay que recordar que es un momento ideal para el brindis, los buenos augurios y por qué no alguna transgresión en la elección de las bebidas. Por eso es que al momento de conocer la recetas sugeridas por los cocineros que incluye un tiramisú bien fresco como broche de oro para la cena, lo primero que pasa por la cabeza es un café al cognac. ¿Qué?, dirán algunos.., Sí un café al cognac bien helado y con hielo. Es que si uno recuerda los aromas de este postre de inmediato se asocian al café, un aroma que no se puede tapar, pero si resaltar. Una propuesta para los que se animan y no tienen ganas de repetir fórmulas.

Ahora bien, si la preferencia es una torta pirinea, con tanto ingrediente dulce, lo mejor sería bajar esos tenores con un espumoso bien fresco, y que sea extra brut (unos 6 gramos de azúcar), porque un nature (hasta tres gramos de azúcar residual), resultaría muy chocante, y otros más dulces empalagosos.

Para el mousse de chocolate, la inspiración nació con el corazón de chocolate que lleva naranja. De inmediato la primera asociación es un cosecha tardía Chardonnay-Torrontés que huele y sabe tan bien si está fresco y no empalaga demasiado porque el tenor azucarino es muy agradable. Una exquisitez para probar.

El cheescake, más fresco que el resto delas propuestas, también puede ser acompañado de un espumoso, pero en este caso la elección sería más bien por uno con vino base de la variedad Viognier o Torrontés que son más aromáticos.

No obstante como la propuesta es transgresora, habría que animarse con un blanco bien fresco de esos varietales, y el mousse de chocolate también habría que probarlo con un Malbec frutado.

Si la decisión es cambiar el clericó o el helado por algo más elaborado ¿por qué no transgredir las normas en las bebidas? Eso permite encontrar siempre el compañero perfecto para cada plato.