Más allá de la mala prensa de la comida chatarra -catalogada como la fuente por excelencia de la obesidad por la cantidad de grasas y calorías que provee- no quedan dudas que lomitos, hamburguesas y panchos tientan a más de uno. Entendiendo esa premisa, el chef Gino Marcucci, se las ingenió para armar la carta del Urban Kitchen (el restó del boliche "Ladran Sancho") en base a fast food pero con toques gourmet. ¿Cuál es su propuesta? Sencillísima. Sugiere buscar verduras y salsas que combinen con carnes diferentes para lograr sabores un tanto más exóticos que las opciones ya conocidas de las comidas rápidas de siempre. En el listado entran el chucrut, las paltas o la inclusión de salchichas alemanas o hamburguesas de cerdo o pollo. Eso sí infaltable el pan de pancho, lomito y hamburguesa, por supuesto.
"La clave en estos casos es utilizar ingredientes de primerísima calidad, como por ejemplo con las salchichas o de ser posible, preparar las bases de estos platos en forma casera, como puede ser con las hamburguesas. El resto es imaginación pura no sólo para la combinación de sabores sino también para la presentación de los platos. Nadie puede negar que no sea lo mismo comerse un pancho común y corriente en un plato descartable que un pancho bañado en guacamole en un plato de porcelana. Por ende, cuanto uno más esmero ponga en la vajilla o inclusive en los ingredientes, más se habrán potenciado los platos", dice el chef que aplicó este concepto al restaurante del boliche donde obviamente no podía faltar el mítico fast food. De hecho, en el menú de este lugar se ofrecen hamburguesas no sólo de carne sino también de pollo y de cerdo acompañadas por un sofisticado mix de hojas verdes (variedades de lechugas) con brotes de soja para diferenciarse de las hamburguesas típicas con tomate, lechuga, jamón cocido y queso. También hay dos tipos de hog dog de salchichas alemanas con chucrut o guacamole como aderezo, dejando de lado el tradicional empastado de ketchup, mayonesa y mostaza para coronar un simple pancho. Allí también se puede degustar un mix de frituras compuesto por snacks de pollo, aros de cebolla, bastones de muzzarella y de verduras. Otra renovación a los lomitos son los "sandwichs abiertos" con todo lo que lleva una de sus recetas típicas más el agregado de queso blanco y hierbas, salsa tártara y aceitunas descarozadas.
Para el chef este tipo de cocina urbana ha ido ganando terreno sin distinciones desde que se popularizó en Estados Unidos en la década del "40 y luego se difundió a todos los rincones del mundo. Es más, según su visión, últimamente se ha ido enriqueciendo con la cocina étnica de México, de oriente y de distintos puntos europeos. Es por eso que recomienda estas opciones de fast food -ya sea presentadas en porciones habituales o en las ahora de moda finger food (o porciones mínimas se pueden, como su nombre lo indica, comer con la mano)- como una receta ideal para los eventos de fin de año que se avecinan y por qué no, para variar la cena en casa con la familia.

