El próximo lunes comienzan las clases en toda la provincia y entre los establecimientos se cuentan 12 de enseñanza agropecuaria de gestión pública, más dos privados.
Un ejército integrado por más de 6.000 jóvenes cursarán este año en estos establecimientos y por ello las escuelas de enseñanza agropecuaria deberían representan la alternativa más efectiva a la hora de otorgar a los chicos de las zonas rurales de los departamentos alejados la posibilidad de aprender técnicas de producción, capacitándolos en el manejo de nuevas tecnologías aplicables al campo, y desarrollando un sentido de pertenencia y arraigo que los motive a quedarse en ese ámbito y contribuir con el desarrollo agrotécnico del país.
Desde las paginas de Suplemento Verde y la Sección Opinión de DIARIO DE CUYO desde el año 2007 venimos desarrollando una serie de notas destinadas a provocar el cambio de actitud no sólo en las comunidades educativas, sino fundamentalmente en las autoridades del Gobierno provincial.
Recorrimos todas y cada una de las escuelas y se concluyó en que la situación de la enseñanza agropecuaria es preocupante y que no está a la altura de las circunstancias impuestas por el desarrollo, debido a que se está desaprovechando un contexto alentador para la agroindustria, el mismo que está requiriendo técnicos capacitados en el manejo de las nuevas tecnologías aplicadas a la producción.
Si el gobierno entiende a la agricultura como un pilar del desarrollo económico y social de la provincia, su responsabilidad debería ser generar, diseñar, ejecutar y controlar la política pública educativa agropecuaria. Con agrado hemos visto como se recuperaron e inauguraron establecimientos. Pero ésto solo no basta. Hay que actualizar y mejorar los contenidos tecnológicos y promover la formación de los valores. Es muy poco lo que se ha hecho en este sentido.
No hay que olvidar que San Juan en materia de tecnología aplicada al agro está a la altura de California en Estados Unidos o de Israel, pero es también importante tener en claro que ese desarrollo requiere de técnicos especializados y capacitados en el manejo de esas nuevas tecnologías señalamos en el 2007 y corremos el riesgo del perder el tren tecnológico.
Por suerte, esta semana unos 180 docentes y directivos se reunieron en la Escuela de Enología a discutir cómo cambiar esta realidad.