Las vacaciones de verano en medio de la naturaleza son las más buscadas entre aquellos que emprenden viajes de descanso. Pero cuando se trata de tener un contacto directo con el mundo animal y más con aquellos exóticos, mucho mejor. Para los amantes de la fotografía y las filmaciones, un paraíso es la costa patagónica argentina. Uno de esos sitios es Puerto Deseado, provincia de Santa Cruz, que está en plena temporada de pingüinos hasta abril. Además el espectáculo que muestran las ballenas atraen a visitantes de diversos países del mundo, en especial chilenos y europeos.

Por estos días, la ciudad de Puerto Deseado multiplica su población gracias a la visita de una imponente colonia de pingüinos de penacho amarillo. La comunidad más simpática de la fauna marina se quedará hasta mediados de abril para que todos los viajeros puedan disfrutar de su cercanía, tomar fotografías y conocer a la fauna patagónica en su hábitat natural.

En esa zona patagónica está la Reserva Isla Pingüino, una de las áreas naturales protegidas por la provincia, ubicada a sólo 20 kilómetros del centro urbano y accesible al turismo a través de una breve navegación. Allí se dan cita dos mil pingüinos de penacho amarillo que conviven con 30 mil pingüinos de Magallanes que nidifican y cuidan a sus crías.

"Es sorprendente ver la reacción de los turistas cuando descubren Puerto Deseado. Jamás se imaginaron tanta variedad de fauna en un solo destino y en un paisaje aparentemente desolado, lleno de misterio y vida a la vez", cuenta Ricardo Pérez, de Darwin Expediciones, uno de los operadores turísticos con más experiencia en la excursión hacia la Reserva Isla Pingüino.

En los últimos años, la tendencia en estos lugares es hacer lo que se denomina universalmente como "safari fotográfico", es decir, llegar hasta el hábitat natural, en este caso de pingüinos y tomar imágenes de ellos.

El pingüino de pancho amarillo ya es la vedette de la temporada. Se distribuye en tres grandes comunidades: Argentina-Chile, sur de Nueva Zelanda y Océano Indico. Científicos y viajeros de todo el mundo coinciden en el que el avistaje en Puerto Deseado es sin dudas el de mejor acceso. La fisonomía y los movimientos del Eudyptes chrysocome (su nombre científico), con apenas 45 centímetros de altura y tres kilos y medio de peso, lo hacen por demás atractivo para grandes y chicos. A cada paso parece sacudir sus cejas de plumas amarillas e invitar a la risa con su mirada de intenso color rojo.

Puerto Deseado es uno de los sitios con mayor biodiversidad de fauna de toda la costa patagónica. Es el paraíso de los observadores de aves y amantes de la naturaleza. En ese aspecto, los guías turísticos intentan que el sentido conservacionista de ellos, se contagie entre los pasajeros al percibir la forma en que respetan el entorno.

Los testimonios de pasajeros que tuvieron esta experiencia de internarse en el mundo animal para verlos de cerca es muy buena e invitan a pasar las vacaciones de otra manera, con imágenes y sonidos de la naturaleza.

(Fuente: Michelle Kirschenbaum, Prensa Puerto Deseado, IGGY).