Muchas de las comidas que quedan de un día para el otro pueden ser recicladas y aprovechadas al máximo, pero en el caso de los vinos las cosas se complican porque un vino abierto es un vino en peligro. De todos modos existen algunas opciones para guardarlos por un par de días o por varios si está al alcance adquirir una bomba de vacío de uso familiar que se venden en regalerías.

Lo primero que hay que saber es que no todos los vinos tienen el mismo aguante, siendo los espumosos, los que menos duran, y en este caso ni pensar en guardarlos porque se oxidan (al tomar contacto con el aire cambian el color y el sabor), y además pierden el gas carbónico.

En segundo lugar estarían los vinos tintos, rosados y blancos, que aguantan dos o tres días y, en tercer lugar, los vinos dulces y los encabezados (con alcohol agregado como los tipo jerez u oporto). Estos últimos aguantan meses si están bien cerrados porque al tener mucha cantidad de alcohol son más resistentes y la oxidación en este caso no los afecta de la misma manera.

Sin duda, el oxígeno es el gran enemigo del vino, ya que éste entra en la botella y lo estropea con facilidad. Por eso las opciones son dos: Una es utilizar un tapón de goma que viene para ese fin, pero el oxígeno existente es suficiente como para estropear el producto en un par de días desde el descorche. Actualmente vienen unos adecuados para conservarlos unos tres días, no más.

El segundo método, y muy efectivo, es el uso de la bombita de vacío que se usa colocandola en el pico de la botella, se presiona hasta que sale todo el oxigeno del interior y el vino resiste una semana y quizá más. También hay que tener en cuenta que estén alejados de las fuentes de luz y calor que también los deterioran.

Para los vinos de guarda cuyo costo es más elevado, se justifica el uso de un aparato de este tipo porque realmente vale la pena, y en el caso de los vinos de consumo anual que son más accesibles se pueden tapar bien y usar en los días inmediato posteriores para la preparación de comidas.

En este punto hay que recomendar siempre usar buenos vinos en la gastronomía porque uno en mal estado perjudicará el resultado final del plato. Antes de su uso corroborar si está bien de aromas y sabores ya que los transferirá en forma directa a la comida. Una vez más también es recomendable usar el mismo vino con el que se cocinó para acompañar el almuerzo o la cena.

En el caso de los espumosos hay que descartar la idea de guardarlo en la heladera con una cucharilla como mucha gente hace porque eso no da ningún resultado.

En definitiva, nada mejor que tomarlos en compañía y olvidarse de guardarlos abiertos.