Durante los últimos 10 años el pujante mercado de smartphones y tabletas alcanzó una cuota de uso mundial altísima, con casi 3.000 millones de personas con uno en el bolsillo. Sus principales motivos del éxito son una combinación de variedad de tareas que ejecuta con la facilidad de uso de la interfaz multitáctil. Más allá de estas cuestiones, el triunfo se dio porque son más sencillas de usar que una PC con teclado y mouse.

La utilización del dedo sobre la interfaz gráfica sumada a los botones de actuación ha sido el pilar de la computación en este siglo. La progresiva desaparición de los marcos y los botones físicos en los móviles y en las tabletas está llevando a los fabricantes a adoptar opciones menos obvias que reducen la usabilidad.

Lo que antes para el usuario era un toque sobre un menú se convierte en un gesto de deslizamiento sin una pista gráfica propia que lo acompañe. El mayor ejemplo es el iPhone X de Apple con su nueva interfaz sin botón de inicio que es sustituido por un puñado de diversos gestos no aparentes: deslizamiento horizontal para cambiar a una aplicación anterior, deslizamiento de arriba a abajo corto para salir de una aplicación, pero si es más lento y prolongado se abre la multitarea.

En el futuro todos los iPhone eliminarán el botón físico que marcó su estilo y sus millones de usuarios tendrán que adaptarse a este nuevo formato, pero los móviles con Android también se verán afectados. La nueva versión del sistema operativo Android Ppermitirá sustituir la tradicional barra con tres botones (atrás, inicio y menú) con un sistema de gestos.