La feria CES (Consumer Electronics Show) de Las Vegas, EEUU, el evento de electrónica de consumo más importante del año, presentó un producto revolucionario bien veraniego para protegernos del Sol. Se trata de una “crema eléctrica” que en realidad es un spray. Su nombre es Ioniq y promete "alcanzar todas las zonas del cuerpo" sin dejar las manos pegajosas.

Desarrollado por la compañía alemana Wagner Group, se prevé que su lanzamiento oficial será en mayo. Sus creadores dicen en su sitio web que permite "aplicar la dosis perfecta" con la máxima eficiencia.

Según informó BBC Mundo, Wagner en realidad es una empresa de sistemas de revestimiento para pintura y otros materiales líquidos para automóviles y otros productos. Pero pocos años atrás, a un empleado se le ocurrió la idea de desarrollar un protector solar con una tecnología similar y aplicarla sobre personas en lugar de vehículos.

De acuerdo con sus desarrolladores, el sistema funciona "atrayendo un líquido magnético a la piel de manera automática, usando campos magnéticos entre la epidermis y el dispositivo". Y aseguran que la atracción es tan fuerte que incluso las gotas pueden rociarse de manera uniforme aún con vientos muy fuertes.

Una de las principales ventajas de Ioniq es que no hace falta frotar le piel. Además es práctico y uniforme en los lugares difíciles de alcanzar, como la espalda.

Cómo funciona

Dentro del envase hay “dos almohadillas metálicas que, al presionarlas, generan una carga eléctrica en el cuerpo", explicó el periodista tecnológico de la BBC Chris Fox, a la par que advirtió que por este magnetismo no se puede usar toniq en personas con un marcapasos.

Las gotas de líquido que atrae a la piel son algo así "como cuando tu pelo es atraído a un globo por la carga eléctrica", indicó Fox, quien probó el spray bajo una cámara ultravioleta para demostrar su eficiencia, con excelentes resultados en materia de protección y uniformidad.

Con todo, para Fox aún hay "algunos problemas que resolver" con el prototipo de este dispositivo. Uno de ellos es que, tras su uso, “si tocás a alguien le darás una sensación eléctrica bastante desagradable". El segundo es que se supone que el producto no debe aplicarse sobre la cara, ya que las partículas se adhieren a la nariz, las orejas y se pueden meter hasta en los ojos, aún cerrados.

Fox consultó a la empresa sobre estos problemas y aseguraron que en un futuro trabajarán para un producto para el rostro y que las descargas eléctricas no se sentirán en la versión “final” que se comercializará en mayo.

En cuanto al precio, la compañía todavía no ha fijado una cifra, pero será al menos de US$100, "probablemente más", según informaron a la BBC. Los envases tendrán solo 100 mililitros, lo cual facilita su transporte. Pero, ¿cuánta gente estará dispuesta a pagar ese precio por esta tecnología?