El innovador corpiño EVA es un dispositivo portátil y no invasivo que, mediante 200 biosensores, registra los cambios de temperatura, de color y textura de los senos.

La prenda transmite vía Bluetooth toda la información, que es procesada y enviada una vez a la semana, tanto a la mujer que lo utiliza, como a su médico. Por otro lado, no resulta esencial utilizarlo de manera constante, ya que con usarlo entre 60 y 90 minutos una vez por semana se logra generar toda la información necesaria.

El invento fue llevado a cabo por el estudiante mexicano Julián Ríos Cantú, quien gracias a su creación obtuvo el primer puesto en el concurso Global Student Entrepreneur Awards (GSEA), en Alemania.

"Cuando yo tenía 13 años mi mamá fue diagnosticada por segunda vez con cáncer de mama. El tumor pasó de tener la dimensión de un grano de arroz al de una pelota de golf en menos de seis meses. El diagnóstico fue demasiado tarde y mi mamá perdió ambos senos", recordó Ríos Cantú, estudiante del Instituto de Tecnología de Monterrey, tras obtener el galardón.

Hoy, junto a tres amigos, está al frente de la startup Higia Technology, especializada en biosensores orientados a mejorar la calidad de vida de las mujeres.

"El invento puede reducir la brechas temporales hasta en un 95 por ciento y salvar muchas vidas", finalizó.