La telefonía fija comienza a despedirse del pueblo francés. Es que el gobierno de aquel país decidió frenar la instalación tradicional y apostará todo a Internet en un plazo de cuatro años que culminará en 2023. 

Más de un siglo después, los teléfonos hogareños dirán adiós y serán suplantados solo por aquellos que funcionen sobre Internet, los llamados teléfonos IP.

Según publicó el diario Le Parisien, desde noviembre de este año se discontinuará la instalación de líneas fijas basadas en cables de cobre y postes telefónicos. El cambio será gradual y recién en 2023 se producirá el corte total. Esto responde a que la misión no será fácil: de los 20 millones de conexiones actuales, el 50% es "a la vieja usanza".

La empresa Orange es la encargada de llevar adelante la transformación y hay un detalle para nada menor a tener en cuenta: millones de personas en Francia viven en zonas rurales, alejadas de la conexión a Internet, por lo que este cambio radical podría jugarles en contra.