“Uno cree que accede a un servicio gratis pero, en realidad, lo está pagando con información”, asegura Cecilia Pastorino, mentora educativa de Argentina Cibersegura. Lo dice en el Día Internacional de la Protección de Datos Personales o Día de la Privacidad. Y ofrece algunos consejos para "tener el control sobre lo compartido y así exponerse lo menos posible”.

Según Pastorino, “los usuarios subestiman el tema de la privacidad cuando es clave poder decidir sobre el destino de nuestros datos”.

Si bien muchas veces no se vende, la información que damos sin darnos cuenta se utiliza para generar dinero. "Son detalles personales que se procesan para hacer un análisis de mercado. A partir de determinadas búsquedas o datos que brindamos a apps, las empresas acceden a gustos e intereses. Eso es de gran ayuda para la publicidad dirigida”, remarca la referente de Argentina Cibersegura.

Al poner “aceptar” o “siguiente”, en muchas oportunidades, estamos permitiendo, por ejemplo, que cierta aplicación pueda utilizar el micrófono de nuestro teléfono y, si lo desea, escucharnos: “No es que se ponen a analizar toda la conversación del usuario, pero sí pueden detectar palabras claves y después ofrecerle a la persona algún producto relacionado a lo que habló. No lo hacen todas las aplicaciones aunque sí tienen la posibilidad cuando uno les da el permiso”.

Cómo navegar el mundo de suscripciones en el que vivimos

El primer tip, para ver cuáles son las autorizaciones ya otorgadas, es entrar a los ajustes del teléfono. “De ahí hay que buscar 'configuración, 'aplicaciones' y 'permisos de aplicaciones'. En 'micrófono', por ejemplo, se puede observar cuáles son las apps que tienen el ok para escucharnos. Instagram es una. Lo mismo sucede con el uso de la cámara”, agrega Pastorino y aclara que la idea no es generar pánico. “El miedo paraliza, la preocupación moviliza. Tenemos que lograr que las personas estén atentas y conscientes”, suma.

Para evitar que después de buscar “hoteles en Ushuaia” aparezcan por los siguientes días varias opciones de hospedaje en ese destino hay que borrar las famosas “cookies”.

“Todo lo que hacemos en Internet va dejando un rastro. Por eso, es bueno ir eliminando esas huellas. Hacerlo es fácil: hay que ingresar al buscador que utilizamos, entrar en 'configuración', 'privacidad' o 'seguridad' y 'datos de navegación'. En ese punto habrá una opción para borrar el historial y las cookies”, precisa.

También se debe prestar atención a las aplicaciones que exigen colocar la localización o a juegos que piden acceso a fotos o documentos. “Es como compartir un google drive con alguien. La otra parte puede mirar, copiar o borrar. De nuevo lo mismo: no quiere decir que lo hagan, pero tienen la posibilidad. En general, las firmas serias cuentan con cierta ética en relación a la privacidad. Sin embargo, hay aplicaciones menos seguras que pueden aprovecharse de ese acceso ilimitado”, advierte.

Se refiere a apps que mandan mensajes de texto en lugar del usuario a números pagos y otras que directamente roban información para vender en el mercado negro: desde contraseñas hasta datos de la tarjeta de crédito. Para prevenir estas situaciones hay que contar con un antivirus actualizado.

Otro error común del usuario es compartir el mail para usar alguna red Wi-Fi. “Acá también pensamos que nos dan algo gratis pero no, vamos a empezar a recibir el famoso spam”, dice Pastorino y pide realizar también una reflexión sobre lo que publicamos en redes sin que nadie nos lo pida.

“Hay que tener claro que cuando subimos una foto o un video a una red social estamos perdiendo el control sobre ese contenido. Por esta razón es que recomiendo pensarlo dos veces. En especial, al compartir imágenes en las que aparecen otras personas y, sobre todo, cuando los involucrados son niños”, cierra.