Los robots avanzan a paso firme en las fábricas y oficinas, y también en los cultos religiosos como acompañantes espirituales. En Japón, una versión del humanoide Pepper oficia un ritual budista, mientras que en China combinan el uso del chat y la inteligencia artificial en Xian'er, un dispositivo que busca ampliar la enseñanza del budismo mediante métodos modernos, según sus creadores.