Si algo caracteriza a la era del Big Data es, precisamente, la proliferación de una gran cantidad de información. Se calcula que, cada día, se producen unos 2.500 millones de gigabytes que provienen de diferentes fuentes. Es decir, el equivalente a entregar a cada habitante del planeta 170 diarios por día. Datos que se generan y que circulan. De ellos, solo unos pocos se analizan (solo el 2%) pero casi todos son almacenados.
 

A futuro la tendencia es al aumento: en 2020 la cantidad de datos generados será igual al contenido de un video de HD con una duración de 1600 millones de años.
 

Buscando soluciones a esta nueva necesidad, científicos de IBM y Sony lograron batir en un nuevo récord de almacenamiento de datos con la creación de un cartucho de cinta magnética capaz de guardar información equivalente a 330 millones de libros. El dispositivo logra una densidad de 201 gigabytes por pulgada cuadrada, es decir, más de 20 veces la densidad convencional de las cintas magnéticas comerciales por su tecnología de pulverización catódica.
 

Las cintas magnéticas llevan 60 años en el mercado. Desde entonces han ido mejorando, aumentando su velocidad y capacidad de almacenamiento.
 

¿Por qué se apuesta a ella con fuertes inversiones en investigación? Porque presenta varias ventajas, es barata, tiene gran capacidad de almacenamiento con poco consumo de energía, disipa menos calor, y es extremadamente resistente, lo que le permite durar más de 20 o 30 años – como podemos ver si intentamos reproducir cintas de cassete o VHS viejos.
 

330 terabytes de datos equivalen a:

  • 4 torres Eiffel de DVD o BluRay completamente grabados
  • 5,5 millones de horas música (640 años sin parar)
  • 82.500 películas full HD de dos horas
  • 330 millones de libros