Mantener la comunicación a través de Whatsapp, redes sociales, teléfono y hasta por cartas es una herramienta fundamental para los adultos mayores de 65 años, el principal grupo de riesgo por el coronavirus y a quienes las autoridades sanitarias recomiendan el aislamiento social.

"El miedo asociado a la enfermedad y a la muerte es algo que nos interpela a todos. Lo que se ve incrementado es la posibilidad de que afecte más al grupo de adultos mayores, algo que puede exacerbar el sentimiento en esas personas", dijo a Télam Paula Pochintesta, licenciada en Psicología, docente e investigadora en gerontología.

Por su parte, Alicia Kabanchik, médica especialista en psiquiatría y psicogeriatría, consideró que "la persona de envejecimiento normal a lo largo de la vida pasó muchos duelos, o aún inclusive situaciones complejas, como el que estuvo en una guerra; entonces los miedos en general no tienen tanto que ver con ellos, sino con hijos y nietos".

"El miedo a la muerte o al contagio se dan más en la edad media de la vida,
el adulto mayor tiene más miedo por sus descendientes que por él mismo", analizó. En relación a las personas que sufren depresión, fobia o un cuadro psicótico, "puede presentar un reagravamiento de sus síntomas", explicó Kabanchik.

Con respecto al aislamiento social solicitado a ese sector de la población, la psiquiatra consideró que "si puede manejar por ejemplo una computadora, whatsapp, el teléfono, y mantenerse comunicada, vinculada, es un factor de protección, además de seguir las normativas que se están instrumentando".

Entre las herramientas a utilizar para este fin, otra posibilidad es la escritura. "El diálogo es fundamental, que la persona no guarde sus angustias, que si se siente angustiado se comunique telefónicamente o por una nota, que escriba cartas, que trate de compartir con el resto de sus pares y su familia", dijo.

Por su parte, Pochintesta dijo que aunque "en general el aislamiento es un problema grave en las personas mayores, no podríamos decir que sea homogéneo para todos".

"La participación social del grupo sigue siendo baja, un tercio de la población mayor participa de actividades extramuros, recreativas, sociales, culturales, políticas. Para ellos dejar de asistir a esos espacios que va a influir en su vida cotidiana", señaló.

En ese sentido, evaluó que "puede producir una angustia cómo enfrentar ese tiempo en el hogar. Ahora bien, el resto de las personas que no participa no tiene cambios sustanciales, y eso es importante pensarlo".