Los gatos no suelen ser muy obedientes si se los compara con la mayoría de los perros, pero no porque no sepan que los están llamando. Según un estudio de la Universidad de Sofía, Tokio, los felinos domésticos pueden reconocer su nombre, aun si lo pronuncia un desconocido.

Los autores del estudio examinaron 78 gatos de hogares japoneses y de un Cat-Café (café de gatos) para indagar en su capacidad para entender palabras. De este modo, el dueño o alguno de los investigadores le decía a la mascota cuatro palabras diferentes seguidas de su nombre.

Se quería detectar si el gato respondía a su nombre moviendo sus orejas, cabeza o cola o bien vocalizando, si respondía de la misma manera que a las otras palabras o si exhibía respuestas decrecientes a los que oía antes de su propio nombre.

“El gato doméstico es un animal individualista e independiente por su origen, porque desciende del gato salvaje africano, que es un animal solitario, mientras que el perro proviene del lobo, que es gregario”, justifica la Paula Calvo, etóloga investigadora de la Cátedra Fundación Affinity Animales sobre por qué no responden.

La prueba de ello, dice Calvo, es que hay gatos entrenados, que responden a órdenes y que trabajan en publicidad o en programas de terapia con animales. Y agrega que también hay propietarios que enseñaron algunas palabras a su gato “y con sólo decir ‘voy a darte la comida’ logran que el gato lo entienda y se vaya a la zona donde come”.