Una "inofensiva" comida puede derivar en una indigestión si no se toman ciertos recaudos en la preparación o la manipulación de la materia prima.
Las indigestiones suelen manifestarse primeramente mediante náuseas, vómitos y diarreas, aunque a veces presentan otros síntomas, que al ser difíciles de definir se le adjudican a otras causas como un virus, el consumo de un medicamento, etcétera.
Entre los alimentos más fácilmente contaminables se encuentran los vegetales frescos, las frutas, los mariscos, los pescados, las carnes, los huevos, la mayonesas y las cremas.
Para no correr riesgos y evitar posibles malestares digestivos hay algunos secretos y consejos que hay que poner en práctica:
-Evitar cortar la cadena de frío de los alimentos que requieran refrigeración hasta el momento de ingerirlos. Guardarlos en el freezer o la heladera, y no
dejar alimentos en espera fuera de la heladera por más de 2 horas.
-Mantener una adecuada higiene, ya que las bacterias que contaminan el alimento habitan en todos lados. Utilizar lavandina diluida (una taza chica en 5 litros de agua) para realizar la limpieza de utensilios y zona de procesamiento.
-No olvidar lavarse las manos antes y después de manipular alimentos.
-Conservar calientes los alimentos a servir y tratar de lograr una adecuada cocción de las carnes evitando que lleguen crudas al comensal.
-Descartar y no ingerir alimentos de dudosa procedencia, o los que se sospecha que no aseguran un correcto proceso de elaboración y conservación.
-Conservar cada clase de alimento por separado evitando el contacto con los otros, y en envases herméticos dentro de la heladera.
-Acudir al médico cualquier sintomatología sugerente de indigestión.
Fuente: Marcelo Calí, de Equipo médico SaludUno
