Se sabe, la pandemia y el posterior confinamiento provocó que los argentinos compren mucho más por internet. De hecho, el comercio electrónico en el país registró un crecimiento en facturación del 106% en el primer semestre del año último, en comparación con mismo semestre de 2019. Además, hubo un incremento del 30% en órdenes de compra y un 63% en unidades vendidas, según datos del Estudio MID de Comercio Electrónico que realiza anualmente Kantar para la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE). Los especialistas indican que en pocos meses ocurrió el desarrollo que estaba previsto que ocurriera solo en los próximos cinco años.

Si durante el 2020 las empresas se enfocaron en vender más online para generar más transacciones, en los próximos meses conoceremos nuevos servicios y propuestas para los consumidores.

Una de las tendencias es el aumento del social commerce; como lo indica su denominación, se refiere a comprar por medio de las redes sociales. Según ResearchAndMarkets.com, el mercado mundial de esta práctica fue de 89.400 millones de dólares en 2020, y se disparará a 604.500 millones de dólares en 2027.

“El año pasado vimos muchas marcas apoyándose en WhatsApp y en Instagram como medios para llegar a una transacción. Por otro lado, se observó, especialmente en el segmento de los más jóvenes, un fuerte crecimiento de TikTok, que por ahora se da en el nivel de los contenidos, pero en breve vamos a ir observando que pasará a ser también una plataforma de ventas. En definitiva, se trata de ir a buscar al usuario en la pantalla que utiliza regularmente, cuyo atractivo es el contenido generado por ellos mismos”, comenta a LA NACION Gustavo Sambucetti, director institucional de la CACE.

Sergio Grinbaum, fundador y CEO de la agencia de marketing digital especializada en ecommerce Think Thanks, explica a LA NACION: “Con el auge de los pedidos de comida a domicilio veremos en los próximos meses en la Argentina algo que ya se ve en Europa, el surgimiento de las llamadas Dark kitchen como espacios que generan cocinas de diferentes marcas y comidas para atender la demanda. Esto se debe no solo al aumento de pedidos a domicilio y a la disminución de las visitas a los restaurantes, sino también a que hay muchos locales de grandes dimensiones que son económicos para alquilar. Entonces, en lugar de abrir un salón con mesas y sillas, se lo reconfigura de modo que no brinde atención directa al público”.

Se trata de espacios con subdivisiones y habilitados desde lo legal, donde se encuentran cocinas montadas para atender exclusivamente los pedidos de plataformas tecnológicas que intermedian en la entrega. De esta manera, las marcas ya no deben afrontar los costos de un local, sino el de unos pocos metros cuadrados. Así abaratan costos, están cerca de los clientes y ganan en velocidad para la entrega.

Por otra parte, con el apogeo de las ventas por internet, veremos que los comercios se van a reconfigurar para empatizar con un consumidor multipantalla. “En la Argentina esta tendencia ocurrirá antes que en otros países de la región porque los empresarios locales corren más riesgos, en comparación con sus pares latinoamericanos”, apunta Grinbaum.

Un ejemplo concreto en este sentido es Style Store, que comercializa marcas de lujo accesibles, moda, accesorios, cosmética, tecnología relojes y joyas. Esta compañía abrió hace algunos días dos locales en Alto Palermo y en Abasto Shopping. “Son las primeras tiendas online de la Argentina que funcionan dentro de un shopping, y que se abren como consecuencia de la existencia de una plataforma digital y no al revés”, cuenta a LA NACION Gabriel Safirsztein, director general y head of ecommerce de la empresa. En resumen, estos comercios incorporan el concepto del stock infinito. “Están los productos que se pueden ver físicamente en el local y aquellos que se pueden ver y comprar mediante pantallas gigantes”, detalla el ejecutivo, y agrega que debido al éxito de estos puntos de venta, pronto estarán abriendo en otros shoppings.

El embalaje cuenta

La consultora Nielsen descubrió que el 75% de los consumidores globales dicen que definitivamente cambiarían sus hábitos de consumo para reducir el impacto ambiental. Además, para el 83% de los millennials es “extremadamente” o “muy” importante que las marcas tengan acciones vinculadas al cuidado del medioambiente.

En el ecommerce, esto implicaría reducir el embalaje, crear políticas de reciclaje, agregar productos que respalden la sostenibilidad y considerar un mercado de comercio electrónico para revender la mercancía usada.

Mercado Libre es una de las empresas que han tomado la delantera en este aspecto, y también explica qué está pasando dentro de su plataforma respecto del comportamiento de vendedores y compradores. “En la Argentina, de 2017 a 2020 la oferta de vendedores sustentables en nuestro marketplace creció más del 500 por ciento, y, de julio de 2019 a mayo de 2020, más de 650.000 personas compraron al menos un producto sustentable. Así que el consumo responsable es una tendencia en crecimiento –explica a LA NACION Karen Bruck, vicepresidente de Marketplace Mercado Libre, y agrega:– Este año presentamos el Primer Bono Sustentable de Mercado Libre, una inversión de 400 millones de dólares para financiar proyectos de impacto económico, social y ambiental en América latina. En temas ambientales, con los ingresos de los bonos sustentables 2026, se trabajará en una mayor implementación de energías renovables, proyectos de eficiencia energética, la adquisición de materiales de empaque sustentables y la promoción de la transformación vehicular de la red logística hacia la movilidad sin emisiones”.

En relación con el embalaje, la ejecutiva indica que el 100% de los empaques que se despachan desde el Centro de Almacenamiento del unicornio argentino son reciclables, reutilizables o compostables. En temas de envíos, Bruck explica que están aumentando la flota eléctrica con pruebas pilotos en Brasil, México, Uruguay y la Argentina. Los especialistas sostienen que se vuelve esencial que exista un proceso de reflexión de parte de las marcas en sus procesos de producción y logística para adaptarse a esta nueva mentalidad ecológica, ya que los clientes están cada vez más motivados por la sostenibilidad.

Creemos que los consumidores ya no se conforman con no tener que salir de sus casas, sino que van a pretender que todos los comercios tengan un alto nivel de servicio. Afortunadamente, tanto las empresas como el ecosistema de soluciones desarrollaron capacidades durante este último año que les debería permitir estar a la altura de las circunstancias”, concluye Sambucetti.

Por: Débora Slotnisky/La Nación