En España, al traje ya lo llevaron cantantes, actrices y actores, músicos, directores de cine, diseñadores, participantes de reality shows. Sin distinción de género, lo lucen en alfombras rojas, campañas publicitarias y transmisiones de TV. Es un traje que también es una declaración de principios, el traje feminista.

El responsable de "La mujer que llevo fuera" es el malagueño Ernesto Artillo, fotógrafo y director de arte. "Es una herramienta que pone a la gente a hablar sobre feminismo".

Son dos piezas, pantalón y chaqueta, de corte masculino, intervenidos con "brochazos" de atributos femeninos pintados a mano. "Un día me hice un traje y me fui con él puesto a andar por Madrid. Fue muy fuerte porque empaticé totalmente con la situación que viven las mujeres cada día. Nunca me han mirado tanto con esa falta de delicadeza, es agresivo de verdad”, contó Artillo al diario El País.

Entre las figuras que ya se lo enfundaron se encuentran desde el director de cine Alejandro Amenábar (Los Otros, Tesis) hasta el cantante Jorge Drexler. Son en total 28 prendas únicas e intervenidas que también lucieron anónimos de distintas profesiones y que no estarán a la venta ni se comercializarán.

"El traje es una herramienta que te pone a hablar, solo tiene sentido cuando eres capaz de defenderlo con un discurso”, explicó el artista nacido en 1987.

"Su cometido no es erradicar por completo el machismo porque es algo muy complicado, pero sí dar visibilidad a referentes feministas de nuestra sociedad. Algo que en nuestro país está extremadamente lejos de que se consiga. Ser feminista es reconocer la desigualdad y posicionarse ante ella, entonces, por qué hay ese miedo a definirnos públicamente”.