La mielomeningocele es una masa química formada por la médula espinal, las meninges y/o las raíces medulares acompañadas de una función incompleta de los arcos vertebrales (debido a un trastorno congénito o "defecto de nacimiento"). En San Juan está prevista una campaña de prevención en los 19 departamentos. Se llevará a cabo en los próximos días y está organizada por la Asociación de Padres de Niños con Mielomeningocele (APANIM). Así lo afirmó el presidente de la entidad, Oscar Camacho.

Según el directivo, la institución pretende que todos los sanjuaninos estén concientizados respecto a esta afección que alcanza a 1 de 3, en cada mil niños nacidos. Por eso repartirán folletería en cada municipio y hasta tienen previsto realizar charlas con médicos especialistas de la entidad y de especialistas que llegarán desde Buenos Aires.

Camacho explicó que diversos estudios internacionales demuestran que la administración de ácido fólico a todas las mujeres en edad reproductiva, disminuye significativamente el número de casos con anomalías congénitas por déficit de cierre del tubo neural (en Argentina se estiman unos 1.000 a 1.200 casos por año). El ácido fólico es una vitamina del grupo B, que actúa en varios procesos celulares. Durante el embarazo sus requerimientos son más altos.

En general la dieta no es suficiente para cubrir las necesidades diarias de ácido fólico, por lo cual es necesario ingerir suplementos que lo contengan, en especial si el embarazo se planifica, desde tres meses antes de la concepción. Luego hay que continuar hasta el tercer mes de gestación.

Las recomendaciones internacionales indican 0,4 miligramos por día en aquellas mujeres que no han tenido antecedentes de defectos del tubo Neural. Y 4 miligramos por día en aquellas con factores de riesgo como malformaciones, exposición a algunos medicamentos, antipilépticos o anticonvulsivantes.

En todos los casos se debe consultar con el médico ginecólogo o médicos de cabecera, para que evalúe la necesidad de suplementar con ácido fólico.

El consumo de ácido fólico es fundamental cuando el cierre del tubo neural no se produce adecuadamente. Las malformaciones pueden ser irreversibles y hasta mortales para el bebé. Las afecciones más frecuentes son anencefalia, espina bífida y mielomeningocele.

Esta afección se puede localizar en cualquier sitio a lo largo de la columna vertebral, en el que la columna y el canal medular no se cierran antes del nacimiento, lo cual hace que la médula espinal y las membranas que la recubren protruyan por la espalda del niño. Aunque no es una enfermedad mortal, produce graves daños neuronales, entre ellos, hidrocefalia y discapacidades motrices e intelectuales en el niño.

Los síntomas son parálisis total o parcial de las piernas, con la correspondiente falta de sensibilidad parcial o total y puede haber pérdida del control de la vejiga o los intestinos. La médula espinal que está expuesta es susceptible a infecciones (meningitis).

Esta es la primera vez que APANIM organiza una campaña de este tipo, por lo que los miembros de la entidad están comprometidos para llevar toda la información posible a la comunidad, concluyó Camacho.