Existen algunas patologías asociadas al verano, que pueden prevenirse. Por eso hay que tener en cuenta algunos consejos médicos para ayudar a proteger la salud personal y la de toda la familia. De esta forma se puede llegar a disfrutar de un verano sin contratiempos.

En el ambiente médico suele decirse que "la salud no se va de vacaciones". Aunque el verano es una época para relajarse y divertirse, no se puede descuidar la salud. Durante la temporada estival se presentan algunos riesgos en materia de salud, que surgen al exponerse al sol, comer fuera, realizar dietas estrictas, ingerir alcohol en exceso, realizar actividades al aire libre, entre otros.

Hay enfermedades comunes que se presentan en esta temporada y también hay formas para prevenirlas.

La mayoría de estas enfermedades son producidas por el sol y el calor.

El exceso de calor afecta al sistema de regulación de la temperatura del cuerpo y produce consecuencias importantes como:

* Agotamiento por calor: se caracteriza por debilidad, náuseas, mareos y calambres.

* Golpe de calor o insolación: se manifiesta por piel roja y caliente, dolor de cabeza intenso e incluso pérdida de consciencia.

Por esta razón, cuando se producen altas temperaturas, se recomienda: beber líquidos en abundancia; evitar las bebidas alcohólicas, con cafeína o muy azucaradas; comer más ensaladas y frutas; evitar las comidas muy calientes o copiosas; permanecer en las habitaciones más frescas, en casa; reducir la actividad física y descansar en la sombra; ducharse una o dos veces al día, o bien humedecer la piel con toallas húmedas; utilizar ropa ligera y amplia, de colores claros.

El exceso de sol puede provocar efectos negativos y acumulativos. A corto plazo: quemaduras, irritaciones y alergias, mientras que a largo plazo produce lesiones oculares y problemas dermatológicos como envejecimiento prematuro de la piel y hasta cáncer cutáneo.

Por ello lo mejor es permanecer a la sombra y protegerse con ropa, utilizar sombrero y anteojos de sol oscuras homologadas que filtren las radiaciones UVA y UVB. Para aquellas partes del cuerpo que no puedan ser cubiertas, como la cara, se debe utilizar cremas fotoprotectoras de factor elevado.

Otras recomendaciones

* No exponerse al sol entre las 11 y las 16 horas, ya que las radiaciones son más intensas y peligrosas.

* Utilizar cremas protectoras con filtro solar frente a los rayos UVA y UVB, que sean resistentes al agua y tengan un factor de protección adecuado a cada tipo de piel (mínimo de 15).

* Aplicar la crema fotoprotectora 30 minutos antes de la exposición y renovarla cada 2 horas. Debe aplicarse especialmente en la nariz, las mejillas, las orejas, los labios y otras zonas que no cubra la ropa. * Se recomienda utilizar siempre fotoprotectores, incluso estando bajo la sombrilla o en los días nublados.

* Tomar en cuenta que las cremas con un índice de protección elevado permiten el bronceado evitando las quemaduras, pero no protegen del envejecimiento cutáneo ni del cáncer del piel.

* Proteger a a los niños con gorra y camiseta seca y opaca.

Deshidratación

Se produce cuando la salida de agua y sales de nuestro organismo es superior a la entrada, lo que da lugar a vómitos, diarreas, fiebre, golpes de calor, entre otros. Para prevenirla evite el exceso de abrigo y el exceso de alcohol, así como realizar ejercicio físico intenso en ambientes calurosos. Aumentar el aporte de líquidos y sales y evitar la exposición al sol en las horas centrales del día.

Micosis

Entre las consultas más frecuentes al dermatólogo en verano son los distintos tipos de micosis u hongos. Los más comunes son los denominados pie de atleta o tiña pedis, cuyo contagio se produce principalmente en las duchas de las piscinas. Para prevenirlos los dermatólogos recomiendan bañarse con las zapatillas puestas, y secarse bien entre los dedos, uno por uno. Si se tiene tendencia a tener hongos los especialistas recomiendan colocarse algún antimicótico. También se aconseja utilizar remeras de algodón puro que absorben mejor la transpiración.

Otra de las micosis más comunes es la llamada pitiriasis versicolor, que son los hongos en la espalda, que aparecen como una especie de manchas blancas. Los dermatólogos recomiendan utilizar remeras de algodón puro que absorben mejor la transpiración, en lugar de las de nylon.