Con el avance de la tecnología aplicada en la industria de la cosmética, es posible encontrar soluciones más eficientes a problemas capilares de distintos niveles de dificultad. Sin embargo, no todos los resultados se obtienen con tecnología de por medio. Cada vez son más los componentes naturales a los que se les descubren propiedades beneficiosas para el cuidado del pelo. En un recorrido desde lo natural hacia lo artificial, la clave está en trabajar con componentes de diverso origen para ver verdaderos cambios.

¿Cabello seco? ¡Adiós a los sulfatos!

Para recuperar la vitalidad del pelo no siempre es necesario acudir a tratamientos intensivos: es que, a veces, la solución se encuentra directamente en el lavado de rutina. Los sulfatos son químicos eficaces para una limpieza profunda, pero también pueden barrer los elementos naturales que nutren el pelo.

El experto en pelo Oscar Fernández Roho expresa que los champús que no tienen sulfatos son mucho más débiles, pero ayudan a que los trabajos técnicos, como las permanentes y pigmentaciones artificiales, duren mucho más. Además, agrega que son beneficiosos para las personas alérgicas porque, prácticamente, no irritan el cuero cabelludo, no lo lastiman, ni traen picazón. "El champú con sulfato arrasa con todo porque abre la cutícula. Los que no tienen sulfatos hacen que el pelo retenga el agua en la fibra y se vea mucho mejor", explica.

En cuanto al uso de estos productos, la estilista profesional Josefina Taboada dice que, en general, los champús sin sulfatos también ofrecen un acondicionador para complementar y se recomienda usar los dos. "Lo ideal es lavarse dos o tres veces por semana por una cuestión de que el pelo necesita todos esos aceites que produce el cuero cabelludo y que ayudan a las melenas más resecas a nutrirse", agrega. Además, añade que recomienda lavarse con champú neutro cada dos semanas para sacar todos los aceites, cremas y fragancias que dejan los productos, y lo limpia en profundidad. Es entonces cuando se deben aplicar las mascarillas nutritivas e hidratantes porque logran penetrar eficazmente en la fibra capilar.

Champús epigenéticos: modificar los genes para mejorar el pelo

Para explicar el funcionamiento de estos productos, primero hay que entender de qué se trata la epigenética. Para eso, el doctor Eduardo Silvestre, divulgador científico del grupo Medihome explica que el ser humano cuenta con más de 100.000 genes. "Cada uno de esos genes es una partecita de ADN que tiene una función específica", señala. Algunos de ellos cumplen la misión para la que fueron creados: por ejemplo, determinar nuestra altura y color de ojos. Pero otros están inactivos al momento del nacimiento y permanecen así durante toda la vida: "Están como dormidos y no causan un efecto, salvo que se despierten", explica. Lo que hacen estos champús es activar y desactivar los genes haciendo que la estructura del ADN quede intacta, trabajando los que son considerados clave para la regeneración del pelo. De eso se trata la regulación epigenética, que consta de todas aquellas modificaciones que ocurren en la cromatina (el material heredado, contenido en cada una de nuestras células) y que no generan cambios en el ADN.

Los champús epigenéticos apuntan principalmente a tratar la grasa excesiva, caspa y pieles sensibles. Conviene destacar que la innovación de este descubrimiento radica en la derivación de las investigaciones biomédicas en productos de cosmética capilar.

Tecnología al servicio del pelo

Para la doctora María Rolandi Ortíz, cirujana, especialista dermocosmiatra y directora de Ro Medical Art, lo último en tecnología son el Artas Robot y la Mesoterapia capilar. El primero es un equipamiento que se utiliza en la realización de microtransplantes capilares que se destaca por su capacidad de hacer una selección computarizada de las unidades foliculares (pelos) a extraer, para luego determinar mediante un software con algoritmos inteligentes el mejor ángulo, orientación, dirección, profundidad y espacio entre ellos para la extracción. Esto le permite actuar con mayor precisión y rapidez.

Por otro lado, la mesoterapia consiste en aplicar micropunturas de distintas sustancias en la zona afectada: vitaminas, aminoácidos, pantenol, biotina, minoxidil y ácido retinoico, entre otros. Estos se encargan de nutrir y favorecer el crecimiento del pelo. Este tratamiento se realiza semanalmente en un consultorio médico durante dos o tres meses y luego se mantiene mensualmente.

Espirulina: del agua dulce a tu pelo

Fernández Roho cuenta que "los tratamientos más novedosos que hay son los orgánicos, a base de vegetales y que no contienen grasa animal". Un ejemplo de esto es el uso de la espirulina, también conocida como oro azul por su color verde azulado. Es una microalga considerada un superalimento. Son ricas en nutrientes, como vitaminas y minerales, que resultan beneficiosos para el organismo. Gracias a que es una fuente natural de hierro, promueve el crecimiento del pelo y combate su caída. Tanto en productos que contienen espirulina en sus fórmulas, como en mascarillas caseras, es perfecta para lograr una melena fuerte y saludable. Es una gran aliada para aquellas personas con pelo quebradizo, opaco y graso porque les devuelve fuerza y brillo debido a su contenido en cobre, hierro y Vitamina B. También aporta vitamina A que se encarga de nutrirlo y de evitar que se genere caspa y resequedad.

Productos personalizados, múltiples soluciones

Al momento de adquirir un producto para tratar el pelo, las opciones se dividen en categorías muy generales que no abarcan todas las necesidades de cada persona en particular. Por ejemplo, ¿qué ocurre si alguien tiene el pelo rizado, muy seco y con los efectos de la coloración? No basta con, simplemente, ir a por un champú para rulos.

Por eso, muchas firmas especializadas comenzaron a reconocer la importancia de brindar una receta especial para las distintas estructuras, problemáticas de salud capilar y tipos de procedimientos a los que fue sometido el pelo. Por ejemplo, L'Oréal Professionnel desarrolló la línea PowerMix para ofrecer tratamientos personalizados en el salón con máscaras profesionales que se preparan ante los ojos de los clientes y, tras el correcto diagnóstico capilar del peluquero, resuelven más de un inconveniente. Esta técnica se basa en boosters que se encargan de potenciar diferentes soluciones como el perfeccionamiento del color, hidratación, nutrición y fortalecimiento de cabellos deshidratados, entre otros.

La tecnología no se queda atrás. Varias marcas internacionales, también desarrollaron algoritmos y herramientas de análisis para que cada persona responda una serie de preguntas, por ejemplo, en cuanto a largo, textura y densidad, y así el sistema determine cuáles son los productos que recomienda y cómo combinarlos para satisfacer las demandas. Una de ellas es Ouai, la marca de Jen Atkins, estilista que se encarga del pelo de famosas como Kim Kardashian y Kendall Jenner.