La hipertensión arterial es el aumento desproporcionado de los valores de la presión en relación, principalmente con la edad. Las causas que provocan que la presión suba son muchas y muy variadas. En la mayoría de los casos, la causa es desconocida o no está bien definida. Entre las conocidas la hipertensión puede ser originada por enfermedades del riñón, de las glándulas (endocrinas), del sistema nervioso, también por el abuso de ciertos medicamentos y durante el embarazo. Se debe tener en cuenta que la mejor forma de prevenir esta enfermedad es realizarse un control periódico (tomarse la presión), no abusar de las comidas con sal, caminar, trotar, evitar el cigarrillo y el café que aumentan la presión arterial. Es decir, intentar modificar el estilo de vida.

La presión arterial normal en un adulto alcanza un valor de máxima no mayor de 140 mmhg (milímetros de mercurio) y de mínima no mayor de 90 mmhg, por encima de estos valores hay hipertensión (alta presión).

La incidencia de presión alta se da en relación con:

* Edad y sexo: La presión alta es mas común en los hombres que en las mujeres y en la gente mayor que en los jóvenes.

* Herencia: Aquellos con antecedentes familiares de alta presión tienen mayor predisposición a padecer hipertensión.

* Stress

* Sobrepeso (obesidad).


Síntomas

En la primera etapa la hipertensión arterial (presión alta) no da síntomas, pero a medida que van pasando los años estos empiezan a aparecer. Los más comunes son: dolor de cabeza, falta de aire, mareos, visión borrosa que puede estar acompañada de zumbidos, debilidad, sangrado de la nariz, palpitaciones y hasta pueden ocurrir desmayos.

La importancia de la presión alta no esta dada por sus síntomas en sí mismos, si no por sus graves complicaciones que pueden llevar a provocar un infarto agudo de miocardio o un derrame cerebral y hasta producir la muerte en forma instantánea.

Tratamiento y prevención

Los tratamientos están enfocados a mantener la presión arterial dentro de los límites normales, por un lado haciendo hincapié en las formas ya descriptas de prevención y por otro mediante medicamentos que por diferentes acciones mantienen la presión dentro de los límites normales. Los fármacos más prescriptos son los diuréticos, bloqueadores beta y vasodilatadores.