El éxito en las tareas domésticas es una cuestión cotidiana y la cosa se complica cuando se trata de objetos de uso intensivo y diario, que terminan por mancharse sin remedio. Y es que sin duda la cocina es uno de los lugares más conflictivos de casa, especialmente a la hora de limpiar.

En la cocina se acumula mucha grasa, que puede ser muy difícil de eliminar. Por esto, lo mejor es prevenir. Si mantienes una buena rutina de limpieza e intentas prevenir la acumulación de grasa, te será mucho más fácil tener una cocina siempre limpia.

A continuación, 7 consejos a tener en cuenta para que limpiar la cocina no sea una pesadilla:

1. Protege tus superficies

Si no quieres que las superficies de tu cocina se ensucien, lo mejor es protegerlas. Para esto hay trucos como poner papel de aluminio en la zona donde cocinas. Pero también hay distintas maneras de proteger las superficies de cocina para evitar que la grasa se acumule o para que sea más fácil retirarla una vez que suceda, desde abrillantadores en cera para los muebles de madera, hasta recubrimientos plásticos, todos estos materiales van a evitar que la grasa se adhiera directamente a las superficies de esta zona de tu hogar. Solo ten en cuenta que colocar materiales de este tipo, así como aluminio sobre tu estufa, puede ser muy peligroso, por lo que debe evitarse a toda costa.

2. Tapa cuando cocines

La forma más fácil que tus comidas no salpiquen la encimera y la pared es tapar las ollas y las sartenes mientras cocinas. En caso de que lo que cocinas no se pueda tapar porque necesitas que evapore, puedes probar con las tapas anti salpicaduras. Su malla fina previene las salpicaduras de aceite, pero a la vez deja pasar los vapores, por lo que será cómo si cocinases sin taparlo.

3. Ventila

Es un consejo simple pero efectivo, mantener bien aireada la zona de tu cocina, sobre todo cuando estas frente a la estufa o se esta llevando a cabo algún horneado, hará más difícil que la grasa se asiente sobre las superficies, no lo evitará del todo pero al ventilar bien tu cocina, mantendrás una temperatura estable y ayudarás a que el calor no fije la grasa en tus superficies.

4. Usa tu campana

Si tienes una campana extractora en tu cocina es momento de usarla, a menudo estos elementos son olvidados una vez que están instalados, pero pueden reducir mucho el tiempo de limpieza de esta área, su función es la de extraer todo el humo y la grasa que se encuentra en suspensión en el aire y que se produce fácilmente al cocinar.

5. Mantener limpia la campana

También debes de tener en cuenta que una limpieza periódica de tu campana ayudará a mantener tu cocina limpia y a alargar la vida útil de este electrodoméstico. No nos engañemos, la campana es una de las zonas de la cocina que más pereza da limpiar, pero no queda otra, ya que se acumula mucha grasa y aceite por su uso. Lo ideal es pasar un trapo con agua caliente y jabón a diario, pero tendrás que hacer una limpieza profunda idealmente una vez al mes, quitando los filtros y limpiándolos con quitagrasa y un estropajo.Déjalos en remojo si ves que tienen demasiada grasa.

Después, limpia por fuera la campana asegurándote de que no la rayarás, con un trapo húmedo o una bayeta que no arañe la superficie. Como truco infalible, llena una olla de agua y ponla a hervir, añade zumo de limón: verás cómo el propio vapor va debilitando la grasa y podrás retirarla con más facilidad. Coloca las piezas y listo.

6. Fregadero bien limpio

El fregadero suele ser otro de los focos de suciedad, ya que a veces los restos de comida se van quedando acumulados y poco a poco, la grasa se pega a la pila. Una de las rutinas que debemos incorporar es lavar tanto el fregadero como el grifo a diario: hazlo con un estropajo, agua caliente y jabón y hazlo a conciencia.

7. Limpiar bien y a menudo

Si no quieres que se acumule grasa en tu cocina, la solución más evidente, pero también la más fácil y efectiva es limpiar con frecuencia. Para ello, debes mantener una limpieza constante de las superficies y utensilios. Para hacerlo, asegúrate de usar los productos adecuados. La limpieza solo con agua no es la solución para mantener tu cocina libre de grasas, pero tampoco lo son los remedios ácidos como el vinagre o el limón. Los compuestos ácidos no actúan contra la grasa por sus propiedades químicas.

En vez de estos, opta por agentes desengrasantes, como puede ser el jabón lavaplatos. Este puede ser tu mejor aliado para quitar la grasa. Si la grasa está muy incrustada y quieres algo más fuerte, puedes probar con los productos etiquetados como desengrasantes. También puedes utilizar alternativas más naturales, como productos alcalinos que, como norma general, combatirán mejor la grasa. Dos ejemplos que seguro que tienes por casa son el bicarbonato de sodio y el amoníaco.